Introducción
Para quienes siguen de cerca la situación de Palestina más allá de los últimos meses del año 2023, tal vez “La tormenta de Al Aqsa" del 7 de octubre no fue una sorpresa. El episodio inicia cuando las milicias de Hamás y las fracciones de la resistencia armada palestina lograron romper el cerco que encierra la Franja de Gaza desde el 2005, operación acompañada por el lanzamiento de 5000 cohetes hacia Israel y del bloqueo cibernético a la “Cúpula de hierro”[1].
Ahora bien, cuándo y cómo comienza. La idea de este artículo es arrojar luz a lo que sucede hoy en Palestina, explicado los orígenes de La Nakba (la catástrofe). A tales efectos, someramente, realizaremos el recorrido que sigue: conceptualizaremos la Nakba y explicitaremos porqué y cuándo surge, finalizaremos el artículo, formulando elementos centrales que dan cuenta de la Nakba como presente continuo.
Qué es la Nakba y porque y cuándo surge
En el mundo árabe se conoce como al-Nakba, el momento en el que gran parte de la población palestina debió abandonar sus hogares por la fuerza y trasladarse principalmente a Gaza y la Ribera Occidental, los actuales territorios palestinos ocupados.
Conocer la verdadera historia de la catástrofe palestina sucedida hace 76 años (1948), es uno de los elementos que buscó impedir el sionismo, y supone superar el gran “cerco” que rodea al tema: la acusación de “antisemitismo” o “judeofobia”, construida por el sionismo y repetida en diferentes espacios en los que se expresa el derecho del pueblo palestino a ser libre.
El sionismo, que en sus orígenes comenzó como un movimiento nacional europeo en el último cuarto del siglo XIX, se convirtió en un movimiento colonial cuando sus lideres decidieron llevar a la práctica su visión de un renacimiento nacional en la tierra Palestina.
El historiador israelí Pappé (2007), plantea el sionismo como una concepción intelectual, ante la compleja situación de rechazo sufrida por la comunidad judía en Europa oriental y occidental.
El responsable intelectual de este movimiento, Theodoro Hertz, de origen austríaco, abandonó su profesión de periodista y se dedicó al proyecto colonizador Palestino a finales del siglo XIX. Con el apoyo de judíos intelectuales europeos, reinventan el judaísmo secularizándolo de su contenido religioso y convirtiéndolo en un proyecto político e ideológico para una nación.
Pappé plantea que el movimiento sionista, en esa búsqueda de un Estado, no fue a las Sagradas Escrituras sino a la antigua historia judía. En el recorrido, recuperó el hebrero como lengua, creó banderas, y secularizó y nacionalizó los íconos religiosos. Ejemplo de ello es la estrella de David, emblema de las fuerzas armadas.
El problema según el autor, surge de la discusión sobre dónde formar ese Estado. Si bien fueron mencionados como posibles lugares a Alaska, Madagascar y la Patagonia, lo cierto es que, para comienzos del siglo XX, la mayoría de los líderes del movimiento sionista hablaban de Palestina, de “Eretz Israel”, la “Tierra de Israel”.
El nombre de Palestina en la región judía, había sido venerado a lo largo de los siglos como lugar de peregrinación por generaciones de judíos, pero nunca hasta entonces se había mencionado como un Estado propio y secular. Cabe resaltar el carácter imperialista de este movimiento que, a diferencia de las demás religiones monoteístas, necesita crear un Estado propio
Desde sus orígenes, y a partir de la declaración Balfour en 1917, el proyecto cuenta con el apoyo de Gran Bretaña, es financiado por la Organización Sionista Mundial y el Fondo Nacional Judío, Estados Unidos y Europa del este. Tuvo la particularidad de ser un colonialismo de asentamiento (Khalidi, 2023).
El concepto de colonialismo de asentamiento, propuesto por el historiador Rashid Khalidi, se refiere a una forma específica de colonialismo en la que una potencia extranjera establece asentamientos permanentes en territorios conquistados o controlados. A diferencia del colonialismo de explotación, donde la potencia colonial busca principalmente recursos naturales y mano de obra barata. El objetivo de este tipo de colonialismo es la implantación de poblaciones de colonos provenientes de diferentes países, en el caso de Israel hacia Palestina. Los colonos suelen recibir incentivos económicos y políticos para establecerse en estas tierras. El sionismo, cuenta con muchas metrópolis que lo financian; a diferencia de las potencias imperialistas europeas que establecieron una relación de dependencia entre “metrópolis - colonia”.
Este colonialismo de colonos es sostenido con el objetivo de destruir la resistencia de la población indígena árabe e incluso la judía nativa (4%). Estos últimos, siendo judíos nativos, rechazaban la europeización impuesta, así como la destrucción y saqueo de los comercios por parte de los nuevos colonos.
Las oleadas migratorias se producirán a partir de 1920–1930, a través del concepto de “transferencia” (Masalha, 2008), desarrollado e impulsado por el sionismo y registrado en sus documentos. Este concepto fue fundamental para justificar la colonización y transferencia de población europea hacia territorio palestino. Partiendo de la base que el pueblo palestino no tiene características propias, ni identidad, sería lo mismo ser árabe de Irak, Transjordania o Siria. De esta forma el sionismo justifica que el pueblo palestino habite cualquier tierra árabe sin ningún trauma o desarraigo, dejando lugar a los colonos sionistas en tierras palestinas.
Se va alimentando la narrativa sionista elaborada por Israel Zangwil “un territorio sin pueblo para un pueblo sin territorio”(Masalha, 2008, pág. 13), adoptando en su ideología la exclusividad étnica, camuflada en torno a la idea de transferencia de la población nativa. Esto justificará posteriormente a pesar de las revueltas árabes de resistencia, el inicio de la “ limpieza étnica” como método para “romper el equilibrio poblacional” (Pappe, 2008). La misma estará a cargo de los grupos paramilitares sionistas Irgún, Stern, Haganá, Lehi, estos atacaron más de 100 aldeas, borrándolas del mapa como es el caso de Deir Yasin, Lifta, Saffuriya, al Dawayima, Tantura, Beit Daras, al Lydd , al Majdal, al Mansura, Abu Susha, al Kabri , Ein Hod, Imawas.
Los grupos paramilitares asesinaron a la población nativa brutalmente, con la intensión de aleccionar a quienes no se fueran. En 2 meses se desterraron 750.000 indígenas (las dos terceras partes de la población) establecidos en campos de refugiados en países como Líbano, Jordania. Sus condiciones fueron de extrema precariedad. Nace aquí la condición de “refugiado en mi propia tierra”, haciendo referencia a quienes permanecieron en territorio palestino, pero no pudieron volver a sus aldeas de origen[2]. Jamás pensaron que no regresarían, hay quienes mantienen hasta hoy los títulos de propiedad y la llave de su casa, convirtiendo a estos elementos en un símbolo del derecho al retorno[3].
Frente a esta situación el mandato británico plantea como solución al problema el Plan de Partición de 1948, será la ONU quien estará a cargo de este plan. Fue aprobado en contradicción con el derecho a la autodeterminación de los pueblos y discursos anticoloniales de la época e incluso contra los principios básicos del Derecho Internacional de otorgarle territorio a una potencia ocupante. El territorio quedará dividido en bantustanes, pequeños islotes que impiden que la población se pueda conectar entre sí. Jerusalén será un “corpus separata” bajo control de la O.N.U. Se le otorga a la población nativa campesina, menor porcentaje de tierras que además no eran fértiles. En los procesos de descolonización nunca había sucedido que se le entregue tierras al ocupante, ni en Argelia ni en Sudáfrica y todo esto en pleno fervor de luchas decoloniales. Las propuestas, arbitrarias e inconsultas, excluyeron a la población nativa no solo en los hechos, sino en los documentos. Jamás se mencionan las palabras “población palestina”. No existen.
Después de la Fundación del Estado de Israel el 14 de mayo la limpieza étnica se intensifico, llevando a cabo operaciones como Yoav, Danny, Hiriam.
Nuevamente los grupos paramilitares fueron feroces a la hora de utilizar los peores recursos generando diferentes experiencias y vivencias en los hombres y mujeres. En estos episodios la mirada de género en la historia de la resistencia palestina es imprescindible[4]. En el caso de las mujeres la Nakba estuvo directamente ligada al resguardo del honor frente a la amenaza de las violaciones de los invasores. Surge la díada honor-tierra, bajo el lema “el honor antes que la tierra” (Bracco, 2020). La mujer palestina, depositaria del honor familiar, comunal y nacional, paso a cargar con un elemento más de opresión, “la ocupación”. Como plantea Marta Carvalho (en Espinosa & Sinistri, p.24, 2013) pasa a vivir bajo una doble opresión: la del “patriarcado y la ocupación israelí”. Espinosa & Sinistri (p.24, 2013) afirman que “sus vidas, sus cuerpos, sus sueños, sus derechos, se ven a merced del ocupante israelí y de la sociedad patriarcal y conservadora en la que viven”.
A pesar de ello cumplieron un rol crucial durante la Nakba del 48, destacándose por su resistencia y resiliencia frente a la catástrofe. La mujer Palestina hasta hoy es la primera que pone en pie a la familia, arma una tienda, prepara un té y atiende a los heridos. Busca reconstruir nuevamente su vida, convirtiéndose, no solamente en la guardiana del honor, sino también de la identidad y la memoria colectiva.
Para movimiento sionista lo que sucede el 14 de mayo de 1948, es la fundación del Estado de Israel o la Independencia, al referirse a la concreción de un Estado donde solo son ciudadanos quienes son judíos/as. Para el pueblo palestino es “La Nakba” la desgracia, ya que la comunidad internacional no se hace cargo de lo que les sucede , como decía Eduard Said no hay lugar para los palestinos y palestinas en el Banco Mundial de la Memoria (Said, 1995).
En el presente y a pesar de la continua migración judía la población nativa es de un 52% frente a un 48 % de la sociedad colona israelí. Los últimos censos israelíes han incluido a miles de colonos/as que se fueron por la situación de tensión generada por la colonización. El índice poblacional actual es de 76 millones de palestinos/as (38% menores de 15 años). Sin contar a los 5 millones de refugiados y refugiadas que están fuera de Palestina, estaríamos hablando de un total de 12, 6 millones, frente a 7.1 millones de israelíes judíos/as (28 % menores de 15 años).
El sionismo transforma la genealogía de la propia religión al convertir al judaísmo en un pueblo, secularizando la religión. De esta forma quienes quieran vivir en el nuevo Estado deberán ser judíos/as, no importa de donde vengan, incluso se pueden convertir al judaísmo. Quienes están hoy como colonos/as, son judíos/as de todas partes del mundo que adquieren la ciudadanía israelí y sus respectivos derechos por encima de la población nativa árabe de los Territorios del 48 (Israel). La población árabe - israelí tienen restringida su ciudadanía por más de 65 leyes gran parte de ellas desde la llegada de Benjamín Netanyahu en 2009.
En este sentido los intercambios académicos o formativos en diferentes ámbitos, incluso sindicales, actúan como vehículo para aumentar la cantidad de población extranjera colona, ya que la batalla que libran día a día con el pueblo palestino es la demográfica.
La Nakba en la actualidad
En este apartado buscamos explicar cómo el sionismo borró y busca hasta hoy eliminar cualquier vestigio de la identidad palestina. No solo ocultó documentos que registraban las masacres del 48, momento en el que inicia la limpieza étnica, sino que además llevo a cabo lo que se conoce como memoricidio. El memoricidio es la negación de La Nakba a través del relato sionista israelí. Este incluye: la eliminación física de los elementos identitarios, borrar cualquier rastro que demuestre que en esa tierra habitaban población y acabar con la memoria colectiva.
Esto se lleva a cabo mediante la destrucción de la estructura urbana o de las aldeas. En el 48´más de 100 municipios fueron destruidos en un 70 % para que la población no pueda volver. No solo no tenían casas. Tampoco comercios, fuentes de agua, campos de cultivo. Se había destruido su economía nativa, pero también los cimientos del tejido social como las escuelas, mezquitas, iglesias, los lugares de encuentro. También requisaron muebles, cartas, diarios, fotografías, joyas. Mas de 27000 libros fueron quemados, lo que Nur Masalha denomina la “masacre cultural”. La eliminación del patrimonio material e inmaterial cumple el objetivo de invisibilizar a la población.
La toponimia del lugar se llenó de nombres hebreos en las calles, asentamientos y ciudades. En las antiguas aldeas se construyeron colonias y se crearon parques con árboles europeos para enterrar todo rastro de que antes ahí habitaba un pueblo. Lugares sagrados del cristianismo fueron cambiados de lugar, por ejemplo, en el mar muerto.
Como respuesta al memoricidio la lucha contra la desmemoria se ha fortalecido a través de los 75 años de colonización. Han surgido acciones de resistencia: el 30 de marzo el día de la tierra Palestina, el 15 de mayo de La Nakba. En 1980 se inició la “marcha del retorno” visitando municipios originarios. El patrimonio inmaterial se reproduce en campos de refugiados al ser llamados con el nombre de las ciudades destruidas en el 48, encontrando en cada uno de ellos una gran llave o “Maktaba” en la entrada como símbolo de una tierra que sigue siendo de ellos/as a pesar del robo y la expulsión. También se reproduce a través de las hijas palestinas que son nombradas como las ciudades destruidas: Baysan, Haifa, Jada, Jenin, Safad, Falastin. De esta forma se ha logrado resistir y reproducir su identidad a través del tiempo.
Hoy vemos el urbicidio en Gaza, una ciudad con más del 80% de su infraestructura destruida con el objetivo de ocuparla totalmente y entregar lo que quede de ella a nuevos colonos. Los mismos sionistas muestran a través de las redes sociales proyectos de construcción , complejos habitacionales frente a las playas de Gaza. Nos llegan imágenes del antes y después del 7 de octubre y vemos una ciudad que desapareció. Ya no queda nada.
En síntesis , no es que la historia se esté repitiendo para el pueblo palestino, es que la Nakba es presente continuo. Al igual que en el año 48 huyendo de las masacres de las aldeas, hoy vemos a los y las palestinas marchando en largas caravanas hacia el sur en busca de lo que sabemos, tampoco fue un lugar seguro. Cambiaron los métodos de la biopolítica no sus objetivos: terminar con la población nativa.
La tecnología militar moderna actúa con ferocidad sobre las vidas palestinas mientras los y las palestinas van registrando su propio genocidio a través de las redes sociales o a través de la prensa a pesar de los intentos de callarlo[5].
Para algunas personas esto es un “deja vou” del 48´cuando eran solo niños y niñas y tuvieron que marchar para refugiarse en Gaza. La misma incertidumbre, el mismo miedo, pero también el mismo convencimiento de que la tierra les pertenece y volverán a empezar nuevamente como lo han hecho siempre.
Conclusión
La Nakba no es simplemente un capitulo del pasado de la historia de Palestina, es un presente continuo que sigue marcando la vida y el destino de su pueblo. A pesar de los esfuerzos del sionismo por borrar la identidad palestina y negar su existencia, la resistencia y la lucha por la memoria continúan siendo pilares fundamentales de la comunidad palestina.
El memoricidio perpetrado por el sionismo busco eliminar cualquier vestigio de la presencia palestina en la tierra, desde la destrucción de las aldeas y la confiscación de propiedades, hasta la imposición de una toponimia hebrea sobre los lugares históricamente palestinos. Sin embargo, a pesar de esos intentos de borrar la memoria colectiva, el pueblo palestino sigue resistiendo y reconstruyendo su identidad a través de acciones de memoria, como el Día de la tierra Palestina y la Marcha del retorno.
Hoy en día, el pueblo palestino sigue enfrentando la violencia y la opresión del ocupante israelí, con Gaza siendo un claro ejemplo de la brutalidad de la ocupación y el genocidio.
Sin embargo, a pesar de las dificultades, los palestinos y palestinas siguen resistiendo con valentía, recordando su historia y aferrándose a la esperanza de un futuro donde puedan vivir en paz y libertad en una Palestina libre.
La Nakba no es simplemente un recuerdo del pasado. Es una realidad que sigue afectado a millones de personas. Hoy el mundo está siendo testigo del genocidio del pueblo palestino y, a su vez, reconociendo el valor de la lucha, la justicia, la libertad y la autodeterminación. No reconocer la situación actual del pueblo palestino, como un genocidio, es no reconocer importancia de defender los derechos humanos, fundamentales en la humanidad.
Bibliografía
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Alazaiza, M. B. (3 de Marzo de 2024). ¿ Por que ha estallado la asediada Franja de Gaza?
Bracco, C. (2020). Entre la tierra y el honor: estrategiacas de resistencia de las mujeres palestinas. Estudios de Asia y Africa 55, 113-142.
Espinosa, A., & Sinistri, A. (2013). Las mujeres Palestinas.Entre la ocupación y el patriarcado. La Plata: Universidad Nacional de La Plata.
Khalidi, R. (2023). Palestina: cien años de colonialismo y resisitencia . Capitán Swing.
Landi, M. (8 de Marzo de 2024). ¿ Quién ha usado la violencia sexual como arma de guerra? Propaganda y silencios en torno al genocidio en Gaza.
Martinelli, M. A. (2022). Palestina (e Israel) , entre revoluciones, intifadas y resistencias. Lujan : Universidad de Lujan .
Masalha, N. (2008). La expulsión de los palestinos. El concepto de " transferencia" en el pensamiento polítco sionista 1882 - 1948. Madrid : Bósforo.
Pappé, I. (2007). Historia de la Palestina Moderna.Un territorio, dos pueblos. Madrid: Akal.
Pappé, I. (2008). La Limpieza étnica de Palestina . Barcelona : Crítica .
Ramos Tolosa, J. (2015). ¿ No hay eco en el eco? El memoricidio de la Nakba y sus resistencias. Revista de estudios internacionales mediaterráneos(18), 164 - 186.
Said, E. (1995). "The Politics of Dispossession: The Struggle for Palestinian Self-Determination, 1969-1994" . Vintage Books.
Ana Laura Lema
Artículo enviado el 1/4/24
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[1] La Cúpula de Hierro es un acreditado sistema contra cohetes, instalado en el sur de los territorios Palestinos Ocupados.
[2] El 90 % de la población de Gaza son población refugiada, procedente del Norte y la zona Costera de Palestina , desalojados en la Nakba y nunca pudieron regresar.
[3] Para saber más de la Nakba se recomienda el trabajo de Ahmad H.Saadi y Lila Abu – Lughod “ Naka. Palestina , 1948 y los reclamos de la memoria, ofrece una perspectiva histórica centrada en los reclamos de la memoria y las narrativas que rodearon a este episodio de la historia palestina. https://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/20180518032650/Nakba_Palestina.pdf
[4] Hoy en Gaza la historia de las mujeres y las niñas se repite a través de la violencia sexual a la que están sometidas por parte del ejercito ocupante israelí. Se recomienda el artículo publicado en Brecha por María Landi /https://brecha.com.uy/quien-ha-usado-la-violencia-sexual-como-arma-de-guerra/
[5]A la fecha son 153 el número de periodistas asesinados/as. 91 hombres y 12 mujeres
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