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Marcos Hernández*

Un cuadro viral en la democracia


Ilustración: Martín de los Santos

Introducción

Es difícil pensar desde la vorágine en la que estamos inmersos, pero a medida que pasan los días algunas cosas parecen adquirir algo de claridad, y para bien o para mal, el futuro parece un poco menos incierto. Si este texto sirve para ordenar las ideas y como punto de partida para futuras discusiones e ideas mejores, será más que satisfactorio.

La crisis sanitaria que inició la pandemia del covid-19 generó una fuerte sacudida en el mundo, no solo por sus efectos en la salud, sino por las consecuencias económicas, sociales y políticas. La crisis de las democracias que se manifestaba en todo el mundo y particularmente en América Latina (Tooze, 2019; ALAS, 2019) encontró en el confinamiento un freno a las protestas masivas en las calles, pero no puede decirse que haya detenido los reclamos, que persisten en las redes y se intensifican ante la cuota de responsabilidad que le cabe al sistema capitalista tanto en el acaecimiento de la pandemia como en las dificultades para enfrentarla.

El capitalismo muestra su capacidad destructiva -el planeta parece aliviado cuando toda la producción se paraliza- y el Estado mínimo su incapacidad para proteger a los sectores más vulnerables. Se visualiza claramente la ineficiencia del mercado en la asignación de los recursos y el error estratégico de dejar en manos de privados sectores claves como la salud, la energía o las comunicaciones, entre otros.

En este contexto, no son pocos lxs que comienzan a preguntarse qué sentido tiene esta forma de existencia egoísta, obsesionada con la producción y el consumo, e incluso algunos (como Žižek, 2020) identifican en esta pandemia un golpe letal al capitalismo. Otros en cambio (como Han, 2020), ven a penas un escollo que pronto será superado, con la amenaza de dar un paso más en la evolución del sistema hacia uno aún más inhumano, un régimen de biopoder ilimitado inspirado en el modelo asiático.

Esto nos permite una primera certeza: probablemente nada será igual después de esto. El capitalismo y las democracias actuales deberán superar de alguna forma los cuestionamientos que llueven sobre ellas si pretenden sobrevivir. En este escenario surge una gran oportunidad para las izquierdas, para avanzar hacia formas de producción menos nocivas, para desmontar las supuestas bondades del individualismo y el neoliberalismo, para fortalecer los lazos comunitarios, para exigir instituciones más horizontales, para garantizar el cumplimiento efectivo de todos los derechos, para profundizar la lucha contra las desigualdades. Pero también es un gran momento para las derechas: se exacerban los autoritarismos y totalitarismos más siniestros, que reclaman eliminar toda garantía de las libertades individuales frente a los dispositivos de control con la excusa de protegernos, fomentando el aislamiento individualista y su lógica de desconfianza permanente respecto al otro-enemigo y en competencia permanente por la supervivencia.

Quizá la pata floja por la que se pueda empezar a derribar este relato es su pesimismo infértil: por este camino no hay futuro, promete protección en tanto solo concibe un mundo cada vez peor, plagado de amenazas, paranoias y represión de toda libertad que no sea la de mercado. En cambio un futuro mejor puede construirse con un relato de esperanza, que salga de la lógica competitiva de supervivencia individual y proponga una lógica colaborativa de digna y pacífica subsistencia colectiva.

El virus en Uruguay

No es ocioso hacer un breve repaso de las respuestas a la crisis que han ido apareciendo desde distintos lugares. El gobierno, el movimiento sindical y social en general, así como también la oposición, proponen diferentes medidas y generan repercusiones. Vale la pena dedicarle algunos párrafos a la performance de estos actores para llegar al punto.

El oficialismo no dio muy buenas señales. Mantuvo el aumento de tarifas y dejó para el final la preocupación por los sectores menos privilegiados, concentrándose en salvar la economía antes que a las personas y mostrando poca receptividad al diálogo con otros actores. La “solidaridad obligatoria” (otrora tan criticada por Un Solo Uruguay (2020) tratándose de “sectores productivos”) aparece mediante la rebaja de salarios en el sector público en una medida simbólica que coquetea con los populismos e insinúa el ajuste, mientras las empresas son invitadas a hacer caridad y el gran capital conserva su inmunidad tributaria. Pese a la insistencia de la comunidad científica, el gobierno se resiste a paralizar la economía y disponer una cuarentena general, pero se insiste con las “exhortaciones” y en diversos puntos del país la policía interviene con altoparlantes. En una demagógica pose antipunitivista Lacalle Pou argumentó no estar dispuesto a criminalizar a lxs trabajadorxs, obviando el hecho de que para implementar el confinamiento más que represión se necesitan medidas económicas, y son estas las que verdaderamente no está dispuesto a tomar, puesto que el Poder Ejecutivo respaldó plenamente los abusos policiales de los primeros días de gobierno.

La izquierda partidaria realizó varias propuestas. El Frente Amplio apostó al diálogo y parece evitar la confrontación directa, incluso llama a “alinearse” [i]. Da la sensación de que cada movimiento se realiza con cautela, puesto que se percibe una división muy marcada que amenaza con volverse definitivamente “grieta” (De Boni, 2020), con los medios masivos en contra, y no es acertado alimentar el relato de la derecha que pretende pintar a la izquierda como una oposición irracional que critica todo, no propone nada, divide a los uruguayos y desestabiliza al país. Acaso intentando salvar esas objeciones (infundadas por cierto, en tanto el FA ha formulado propuestas y convoca a un “gran Acuerdo Nacional” con participación del sistema político y de toda la sociedad civil [ii]) algunos referentes apoyaron las medidas del gobierno [iii] y otros, acercándose al fin a su lugar en el espectro político, se pusieron a las órdenes de la coalición de derechas para comandar un “estado de desastre” [iv].

El movimiento social también formuló varias propuestas a través de la Intersocial y convocó a un caceroleo en apoyo a las medidas [v]. El oficialismo en complicidad con los medios hegemónicos intentó pintarlo como una protesta injusta contra un gobierno que recién asume y está enfrentando una emergencia. Curiosamente (o no tanto) ésta manifestación tuvo una respuesta confrontativa, “autoconvocada”, consistente en hacer sonar el himno nacional el mismo día y a la misma hora. Nunca es justo generalizar, pero probablemente se trata de sectores que además de apoyar al gobierno, no pierden oportunidad de mostrar su aversión al movimiento sindical y al mismo tiempo lucir su exacerbado nacionalismo, acaso con ribetes nostálgicos.

Esto nos introduce al objeto central de este texto. En medio de la vorágine, la “derecha popular” ensaya su juego y no pierde oportunidad de meterse en la agenda mediática con su principal caudillo, que salió al cruce de sus socios de coalición para oponerse a la suba de tarifas y que luego celebró la rebaja salarial a los funcionarios públicos. Quizá éste sea el principal problema político que se nos presente a raíz de la pandemia: el peligro de las críticas por derecha al capitalismo y la democracia. En otras palabras, un brote de neofascismo, que ya se venía incubando hace tiempo y que puede encontrar un caldo de cultivo para agravarse en el mediano plazo, especialmente si la situación empeora. El auge autoritario ya se hace notar en varios países del mundo amenazando la democracia y los gobiernos de ultraderecha redoblan su apuesta [vi].

Pero en este caos surge la verdadera resistencia, la potente herramienta de la autorganización y la solidaridad como respuesta a la crisis, aun con las limitaciones que suponen las medidas sanitarias de prevención. Volveré sobre esto más abajo, pero es una punta por dónde empezar a desenredar la madeja de qué hacer en medio de este lío, pensando en el hoy, pero también en el mañana. Contra el autoritarismo no hay vacunas, pero hay esperanza en la militancia antifascista en todos los ámbitos.

¿Qué podemos hacer nosotrxs?

Fortalecer los lazos, tejer redes, juntarnos aunque estemos lejos parece imprescindible: la salida siempre es colectiva. Es un gran momento para la micropolítica, en los vínculos interpersonales, en las redes sociales. Pero es fundamental involucrarse en las estrategias de supervivencia que ya comienzan a implementarse, porque urge enfrentar las consecuencias socioeconómicas que la pandemia ya está causando y porque allí yacen las bases de una nueva forma de relacionarnos (Rieiro, 2020). Sin esto, no hay mañana.

Pero además es importante no ceder en la disputa ideológica contra el autoritarismo y el neoliberalismo. Para que “el día después de mañana” no vuelva a ocurrir un desastre semejante o que éste tenga por resultado un auge autoritario, es crucial desmontar el relato neoliberal que nos trajo hasta acá, así como las críticas por derecha que le caben a las democracias actuales. Más democracia y menos neoliberalismo parece una consigna bajo la cual es posible pensar la mejor salida de la pandemia, y sobre todo enfrentar las posibles consecuencias políticas de la crisis. El cordón sanitario hace mucho es inviable contra la ultraderecha instalada en la coalición que gobierna, y que además saldría fortalecida victimizándose, y tampoco parece acertado confrontarla directamente a nivel político partidario porque sólo la reafirmaría, por lo que una estrategia posible, como señala Delle Donne (s.f.), puede ser impulsar un relato que favorezca los valores que hacen tropezar a la sensibilidad autoritaria, como igualdad, solidaridad y respeto. Dicho sea de paso, la “unidad nacional” tan mentada debería construirse desde allí y no desde la obediencia acrítica.

¿Y mañana?

Las consecuencias sociopolíticas de la situación actual son inciertas, pero al parecer surgirán de la tensión entre el impulso que conduce a un recrudecimiento autoritario del capitalismo y la tendencia contraria, que conduce a sociedades más horizontales, menos desiguales y más sanas. Esto se definirá en el contexto de una crisis económica severa a nivel mundial y con una coalición de derechas en el gobierno nacional.

Para avanzar por el camino de la izquierda hace falta una sólida toma de consciencia sobre las falencias del sistema y la superación de toda explicación que conduzca a la inmovilidad. Ni conspiraciones, ni experimentos, ni profecías, ni venganzas de la naturaleza: esas fantasías nos llevan a no identificar el problema central que es el estadio insostenible del capitalismo (Harvey, 2020) y negar el potencial transformador que todxs y cada unx de nostrxs tiene desde su lugar, a no actuar en el entendido de que nada de lo que hagamos incide, cuando es exactamente al revés. Tenemos que recuperar esa dimensión política de la existencia que Agamben (2020) cree perdida. Y hay que apasionarse rabiosamente en defenderla para impedir que se nos despoje totalmente de ella.

No parece buena idea inclinarse a la pérdida total de las libertades frente a un Estado omnipotente que nos “proteja”, puesto que ese camino es el que ha transitado el mundo hasta ahora, cambiando de enemigo periódicamente para perfeccionar sistemas de control y vigilancia buscando blindarse frente a cualquier amenaza, sea criminal, natural, biológica, cibernética o la que fuere, siendo que pese a toda esa maquinaria (o mejor, gracias a) siempre aparece alguna nueva amenaza que pone al mundo y la vida tal como la conocemos en peligro inminente. Quizá pocas veces como ésta hayamos sido tan conscientes como ahora de las causa de esa lógica perversa, lo que nos da la oportunidad de superar la inmovilidad y empezar a actuar.

Pero el desafío es aún mayor. Habrá que avanzar por este camino a partir de las condiciones que encontremos cuando pase el temblor. Es probable que las demandas ya no sean las que eran, y sin duda la posición no es favorable frente al gobierno de la coalición de derechas. Habrá que recuperar las condiciones de vida enfrentando a un poder económico y político que querrá aprovechar las circunstancias, acaso apelando a la doctrina de shock (Klein, 2020) y/o al desarrollo de una legislación de excepción. La coyuntura no parece haber sido determinante en los cambios realizados al proyecto de la LUC, pero es casi seguro que luego de estos gastos imprevistos el ajuste será despiadado y habrá que defender el gasto social del Estado. Pero mientras se resiste el presente se irá moldeando el futuro.

Juntarse y fortalecer los lazos de solidaridad hoy será decisivo para lograr llegar al día después en las mejores condiciones, continuar la lucha donde la dejamos y llevarla aún un poco más allá. Lo más probable es que el capitalismo logre sobrevivir, pero no sería nada menor que lo hiciera a una escala más humana, más horizontal, más justa y ambientalmente viable. Sin embargo esto no ocurrirá sin una activa militancia intelectual y material por grandes objetivos transformadores, para evitar retroceder o incluso lograr reformas parciales (lo cual en la coyuntura política actual sería todo un éxito).

Pensar la posibilidad de una sociedad diferente tampoco puede volverse un inmovilizante frente a la tendencia del poder a sostenerse y reafirmarse. Hay que construirla construyéndonos a nostrxs mismxs, cambiar la realidad material pero también la forma de pensar y de sentir. Hay fuertes intereses en que la rueda siga girando, por lo que conviene enfrentarlos en todos los planos. Como dice Han, el virus no hará la revolución, pero nostrxs sí.

*Marcos Hernández es egresado de la carrera de Abogacía (UDELAR), estudiante de Sociología (UDELAR) y militante político.

Notas

i) Frente Amplio (16/03/2020). “Comunicado de la Presidencia del Frente Amplio”. Frente Amplio. En: https://www.frenteamplio.uy/noticias/12-noticias/1557-comunicado-de-la-presidencia-del-frente-amplio

ii) Frente Amplio, (27/03/2020). “Propuesta Plan de Contingencia”. Frente Amplio. En: https://www.frenteamplio.uy/noticias/12-noticias/1566-propuesta-plan-de-contingencia

iii) Montevideo Portal (21/03/2010). “Pablo Ferreri: "Las medidas económicas anunciadas por el gobierno van en línea correcta"”. En:https://www.montevideo.com.uy/Noticias/Pablo-Ferreri--Las-medidas-economicas-anunciadas-por-el-gobierno-van-en-linea-correcta--uc747710

iv) Montevideo Portal (18/03/2020). “Gustavo Leal pidió que el gobierno declare “estado de desastre”: ¿qué es y en qué influye?”. En:https://www.montevideo.com.uy/Noticias/Gustavo-Leal-pidio-que-el-gobierno-declare-estado-de-desastre--que-es-y-en-que-influye--uc747365

v) Sudestada (23/03/2020). “Renta básica y postergar aumentos: las 11 propuestas de la Intersocial ante el coronavirus”. En:https://www.sudestada.com.uy/articleId__8cd5d82f-1cb9-40a0-be6e-678fb9e3868a/10893/Detalle-de-Noticia

vi) BBC (08/04/2020). “Coronavirus: por qué la pandemia de covid-19 podría fortalecer los autoritarismos y debilitar las democracias”. En:https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-52184947?SThisFB&fbclid=IwAR0XP749c3qKdj_aeSWDpRYreS3TSX9QWe1P1QXngLGv3PMnsIUl7fiAxTE.

DW (08/04/2020). “Coronavirus: prueba de estrés para la democracia”. En: https://www.dw.com/es/coronavirus-prueba-de-estr%C3%A9s-para-la-democracia/a-53066451

Fuentes:

Agamben, Giorgio (25/03/2020). “«La epidemia muestra que el estado de excepción se ha convertido en la condición normal»”. Lobo Suelto. En: http://lobosuelto.com/normalexcepcion-agamben/

ALAS (12/11/2019). “América Latina, una convulsión generalizada”. ALAS. En: http://sociologia-alas.org/2019/11/12/america-latina-una-convulsion-generalizada/?fbclid=IwAR0VxA4pdF8OV-Ap3IcgXWLtoIKquHI0wBx8QFmYybAQKFnX1ICsoSpgBcs

BBC (08/04/2020). “Coronavirus: por qué la pandemia de covid-19 podría fortalecer los autoritarismos y debilitar las democracias”. En: https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-52184947?SThisFB&fbclid=IwAR0XP749c3qKdj_aeSWDpRYreS3TSX9QWe1P1QXngLGv3PMnsIUl7fiAxTE

De Boni, Ignacio (10/01/2020). “El fondo de la grieta”. Brecha. En: https://brecha.com.uy/el-fondo-de-la-grieta/

Delle Donne, Franco (s.f.). “¿Qué hacer frente a la derecha radical?”. Anfibia. En:http://revistaanfibia.com/ensayo/que-hacer-derecha-radical/

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Han, Byung-Chul (22/03/2020). “La emergencia viral y el mundo de mañana. Byung-Chul Han, el filósofo surcoreano que piensa desde Berlín”. El País. En:https://elpais.com/ideas/2020-03-21/la-emergencia-viral-y-el-mundo-de-manana-byung-chul-han-el-filosofo-surcoreano-que-piensa-desde-berlin.html

Harvey, David (23/03/2020). “Política anticapitalista para la cuarentena”. Hemisferio Izquierdo. En:https://www.hemisferioizquierdo.uy/single-post/2020/03/22/Pol%C3%ADtica-anticapitalista-para-la-cuarentena

Klein, Naomi (18/03/2020). “El coronavirus y la doctrina del shock”. Rebelión. En: https://rebelion.org/el-coronavirus-y-la-doctrina-del-shock/

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Rieiro, Anabel (16/03/2020). “Coronavirus: ¿crisis o recrudecimiento del capitalismo global?”. Hemisferio Izquierdo. En: https://www.hemisferioizquierdo.uy/single-post/2020/03/19/Coronavirus-%C2%BFcrisis-o-recrudecimiento-del-capitalismo-global

Sudestada (23/03/2020). “Renta básica y postergar aumentos: las 11 propuestas de la Intersocial ante el coronavirus”. En: https://www.sudestada.com.uy/articleId__8cd5d82f-1cb9-40a0-be6e-678fb9e3868a/10893/Detalle-de-Noticia

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