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Juan Geymonat* y Pablo Messina**

Talvi, por si Ernesto


Ilustración: Talvi por Laura Becerra

Uno de los emergentes más significativos de esta campaña electoral ha sido la candidatura del economista Ernesto Talvi por el Partido Colorado. El grueso de su campaña se ha centrado en mostrarse a sí mismo como un recién llegado, portador de una nueva forma de hacer política y un fuerte respaldo técnico. A la vez, su proyecto encarnaría el “viejo batllismo”, constituyéndose como liberal, progresista e internacionalista.

En el presente artículo intentaremos mostrar lo siguiente: primero, Talvi no es un “recién llegado” sino que al menos tiene vínculos políticos fuertes desde 1990; segundo, más que “liberal”, todas sus redes académicas y políticas son claramente “neoliberales”; tercero, más que “progresista”, ha sido un aliado de la clase empresarial y comparte proyectos con la derecha más conservadora. Y cuarto, más que “internacionalista” es un “librecambista” a favor de la globalización del capital.

Talvi, el alumno de Chicago

Más allá de los dislates en torno a la extracción humilde de Ernesto Talvi, que el propio Edgardo Novick ridiculizó, viene de una familia de alto poder adquisitivo. Su trayectoria educativa en primaria y secundaria se concentró en los colegios Saint Andrew’s y el British School.

Posteriormente, realizó sus estudios en la Facultad de Ciencias Económicas y Administración durante el período dictatorial. Seguramente, sus vínculos con Ramón Díaz (1) se hayan iniciado allí, aunque no tenemos registros para afirmarlo.

Siendo aún estudiante, con tan solo 23 años y tras realizar una pasantía de verano en Merril Lynch (2) en Argentina, funda en nuestro país la filial uruguaya de la financiera. Según declaró recientemente en Búsqueda, se desvinculó muy tempranamente para poder finalizar sus estudios.

Una vez egresado como economista en la Udelar, realizó sus estudios de posgrado en Chicago, obteniendo el título Doctor en Economía y el MBA en Finanzas. Para quienes no conozcan, es importante destacar que la “escuela de Chicago” ha sido una de las instituciones más relevantes en el desarrollo del neoliberalismo a escala global. Salvo extrañísimas excepciones (3), los “Chicago boys” se han constituido como economistas al servicio del avance del neoliberalismo en el mundo, construyendo una red organizativa transnacional de enorme capacidad de agencia.

En el caso uruguayo, la influencia de las ideas neoliberales tiene distintas fuentes. Previo a la dictadura, algunos economistas de la OPP durante el gobierno de Pacheco y bajo la conducción de Ramón Díaz, se “neoliberalizan” desde el punto de vista doctrinario (4), rompiendo con las propuestas desarrollistas de la Comisión de Inversiones y Desarrollo Económico (CIDE). Tras la dictadura y la intervención en la Udelar, la formación de los economistas uruguayos será la apuesta clave para el desarrollo y difusión de las ideas neoliberales en nuestro país. Si en los sesenta lo común era realizar posgrados y especializaciones en Chile o Francia, tras el golpe de Estado lo más recurrente será formarse en EEUU (5).

Harberger y Sjaastad, dos docentes de enorme influencia en Chicago y América Latina, con dinero de USAID y del gobierno de facto en Uruguay empezaron a reclutar estudiantes para Chicago a partir de 1974 (Biglaiser, 2002) y en 1979, dictaron un Seminario sobre Política Tributaria en el Banco Central (Harriet et al, 2017). Carlos Sténeri y Jorge Caumont, son los dos primeros estudiantes y de los principales representantes del neoliberalismo en Uruguay. Para 1981, había un grupo más significativo de estudiantes uruguayos en EEUU pero no se concentraban solo en Chicago, sino también en universidades de Nueva York, Minnesota y Los Ángeles, financiados en buena medida por la Fullbright Commission y la OEA (Biglaiser, 2002). Es en este contexto que Ernesto Talvi se forma en Chicago. Luego, vendrán camadas de estudiantes formados en la Universidad de Chile, una vez ya infectada fuertemente de neoliberalismo (Harriet et al, 2017).

Por tanto, la trayectoria como estudiante de Talvi, lejos de constituir un caso aislado, es un ejemplo más de entre tantos de cómo la dictadura vino, entre otras cosas, a cambiar cómo y dónde se formaban los economistas en nuestro país. Su formación en Chicago, remite indefectiblemente al ascenso del neoliberalismo como doctrina en aquel entonces. Su fuerte presencia política hoy, da cuenta del peso del neoliberalismo en nuestra actualidad.

Talvi, el funcionario público

Durante el gobierno del Partido Nacional, Talvi ocupó cargos de alta responsabilidad en el Banco Central. Su ingreso se corresponde con la asunción de Ramón Díaz en la presidencia del mismo, en abril de 1990. Entre 1990 y 1993 se procesó una fuerte reestructura en el banco y Ernesto Talvi ofició como Asesor del Directorio. Una vez finalizada la reestructura y cesado el mandato de Ramón Díaz, asumió la presidencia del Banco Central Ernesto Braga hasta 1995. En este período, a pesar de que la reestructura significó la pérdida de varios puestos gerenciales, para Ernesto Talvi le implicó asumir como Gerente de Política Económica del Banco Central, durante 1993-1995 (Oddone et al, 2017). Esto debería llevarnos a la siguiente conclusión: Talvi no es un “recién llegado” en política, sino que al menos, desde 1990 tuvo cargos políticos de confianza.

En su calidad de “Asesor del Directorio”, Talvi fue una pieza clave, entre otras cosas, en la instrumentación de la Comisión de Becas. Siendo un punto central de la reestructura implementada en el Banco Central en la era de Ramón Díaz, vale destacar que Talvi fue el responsable de seleccionar para estudiar en Estados Unidos a buena parte del equipo económico de la era progresista: Mario Bergara, Andrés Massoller y Jorge Polgar.

Más allá de esto, lo relevante aquí es subrayar que si el paso por la Universidad de Chicago no fuese suficiente para considerarlo un neoliberal de pura cepa, su cercanía a Ramón Díaz debería tomarse como un indicador de incontestable. Hablar de Ramón Díaz, es hablar de ese gigantesco movimiento intelectual que es el neoliberalismo y que tiene, en su figura, tal vez al principal “neoliberal orgánico” del Uruguay. No solo eso, Ramón Díaz fue el único sudamericano que llegó a presidir la Mont Pélerin Society, fundada por Frederik Von Hayek y que es algo así como la “meca” del neoliberalismo.

La trayectoria internacional de Díaz no debe menospreciar su importancia a nivel local. Fue subsecretario del Ministerio de Industria y Comercio entre 1968 y 1969 y director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto en 1970, todo durante el gobierno de Pacheco Areco. Básicamente, durante el “gabinete empresarial” del pachecato, cuando Peirano Facio fuera ministro de Industria y Comercio, convocó a Ramón Díaz (6) para subsecretario.

El mismo Díaz asumió la cátedra de Monetaria durante la dictadura y fundó, en 1972 el Semanario Búsqueda, editado por el Centro Uruguayo de Estudios Económicos y Sociales (CUEES), financiada por el sector empresarial ofició siempre como un vector de propagación de las ideas neoliberales. Más recientemente, Ramón Díaz fue columnista de El Observador y, por si fuera poco, presidió la Academia Nacional de Economía de nuestro país desde el 2000 hasta el 2005 (7). ¿Cómo es posible que Talvi sea tan cercano a esta figura vinculada a Pacheco, la dictadura, Búsqueda, Lacalle y la Mont Pélerín Society y se autodefina “progresista”? ¿No será un mero dispositivo del discurso para captar votos desde la desinformación o la ingenuidad?

Talvi, el abrazador de empresarios

El vínculo de Talvi con Ramón Díaz no se agota al Banco Central ni a su adscripción ideológica, ya que de alguna forma heredó de Ramón Díaz al Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (CERES). Díaz, había estado trabajando durante los ochenta en el Fraser Institute (think tank canadiense). En 1985, junto con Ricardo Peirano, fundaron CERES. Este instituto junto con otras tres instituciones uruguayas, forman parte de la Fundación Atlas (8) que nuclea una red de instituciones a nivel regional, concentradas en la promoción de políticas públicas y difusión del neoliberalismo.

Desconocemos la historia de CERES desde 1985 hasta 1997, pero a partir de entonces, ha sido dirigida por Talvi. Seguramente, fue otra herencia política de Ramón Díaz para con él. Si prestamos atención a los financistas de este think tank, que son en definitiva quienes apuestan fuertemente a su desarrollo material e ideológico, nos encontramos con un esquema interesante de alianzas entre distintas fracciones del empresariado. Cabe destacar además, que el apoyo financiero al CERES no se traduce en un servicio directo a las empresas que lo hacen. Por lo que este tipo de apoyo es una apuesta desde el más puro convencimiento ideológico.

Entre los financistas hay una fuerte participación de grandes empresas extranjeras. Entre ellas, Coca Cola, Unilever, Montes del PLata, UPM, Movistar, Devoto, y otras de carácter financiero como los bancos HSBC, ITAÚ, Heritage o la Afap SURA.

A este cuadro de capitales extranjeros se suma un conjunto de empresas nacionales con un doble perfil. De un lado, un conjunto de grandes empresas vinculadas a cierta fracción tradicional de la oligarquía nacional y de otro, un conjunto de empresas de distinta envergadura ligadas a servicios empresariales, ya sea en el ramo de la comunicación y la publicidad, como en el de servicios jurídicos y contables.

Entre las grandes familias que han hecho sus apuestas al Ceres se encuentran los Strauch, quienes manejan más de veinte empresas a escala nacional y regional con intereses en diversos sectores de la economía (papel, agro, materiales eléctricos, televisión, negocios inmobiliarios, tics, etc). La familia Zerbino también realiza sus aportes al CERES a través de una de sus empresas: Compañía Cibeles. Quizás de allí venga el vínculo con Ana Inés Zerbino quien ha sido postulada por el candidato colorado como futura ministra de economía. Casualmente, Ana Inés es hermana de Pablo Zerbino, quien ocupó hasta 2018 la presidencia de la ARU, y sobrina de Ricardo Zerbino, ministro de economía de Sanguinetti. El grupo Otegui -posiblemente el grupo económico más grande del país- también ha realizado una apuesta al Ceres a través de contribuciones realizadas por intermedio de la forestal Urufor y posiblemente de su participación en el 9% de UPM (9) (empresa que también aparece como contribuyente). Luis Viana, un hombre de confianza del grupo Otegui vinculado a sus empresas forestales (Cofusa, Urufor y Tile), forma parte del directorio del CERES. Viana es otro economista graduado en Chicago, y ha sido decano de la Universidad de Montevideo, institución en la que continúa ejerciendo la docencia.

Entre los grandes medios que apoyan al CERES se encuentran El País (hasta hace poco vinculado a la familia Scheck) y El Observador (de una rama de la familia Peirano). En el caso de este último diario, su director (Ricardo Peirano) es parte de la comisión directiva del CERES. Seguramente sea por eso que este medio publica regularmente el ranking Think tank que realiza la Universidad de Pensylvania, donde el Ceres destaca como primero en Uruguay.

Entre el segundo tipo de empresas vinculadas a la financiación de CERES destacan un conjunto de estudios de abogados. Entre ellos Posadas, Posadas y Vecino, vinculado a Ignacio de Posadas. Pero quizás, el vínculo más emblemático aquí sea el establecido con el Estudio Guyer y Regules, uno de los principales estudios de abogados del país. Uno de los socios de este estudio es Ameglio, abogado de la cámara metalúrgica y accionista de Aluminios del Uruguay, empresa que, casualmente, también aporta al CERES. Pero el gran cuadro aquí es Nicolás Herrera, principal del Estudio, subsecretario de economía del gobierno de Lacalle, miembro de la Mont Pelerin Society (aquella usina ideológica del pensamiento neoliberal fundada por Hayek que explicamos más arriba), y socio de Talvi en varios emprendimientos.

Herrera fue directivo del CERES, y participa actualmente de la comisión directiva del Liceo Impulso. Comparte asientos allí con Horacio Hughes, ex gerente general de OCA, empresa del grupo ITAU que también participa con aportes al CERES. De la fundación Impulso también participa el Elbio Strauch (cabeza del grupo Strauch ya mencionado antes), y Marcelo Guadalupe, gerente general de una empresa de generación eléctrica mediante biomasa que es propiedad de una alianza entre los Strauch, los Branaa y los Secco. Para seguir con las coincidencias, el grupo brasilero Marfrig, del que los Secco son representantes para el Cono Sur, también son aportantes del CERES. Por último, pasó por la Fundación Impulso Pablo da Silveira, asesor en educación del Luis Lacalle Pou.

Pero los aportantes del CERES no sólo han sido generosos con el Liceo Impulso (10), muchos de ellos se han preocupado por multiplicar este modelo, aportando a otras instituciones o poniéndose a la cabeza de la formación de nuevas. Entre ellos, Aluminios del Uruguay (mediante la figura Soler) está a la cabeza del liceo Francisco de Paysandú; Lecueder (que aporta a CERES a través de Montevideo Shopping, Portones Shopping y Tres cruces) fundó Ánima Tec, una especie de UTU bajo la modalidad antes mencionada.

Estas apreciaciones no son para nada menores si se tiene en cuenta que la gran carta de presentación de Talvi ha sido su preocupación por la educación y su vocación de transformación en este campo. La estrategia en este sentido parece clara. Promover de un lado el discurso de crisis en la educación y la imposibilidad del sector público de dar respuesta a esa crisis. De otra parte, promover un conjunto de centros modelos, que actúan como micro experiencias exitosas. Tercero, colocar e incidir en la política pública para generalizar este sistema mercantilizador de la educación. Aquí es donde queda más evidente que el think tank en acción, coordinando pensamiento y acción con el apoyo organizado de sus mecenas, parece rendir sus frutos en el mediano plazo.

Talvi, el internacionalista

Talvi se ha definido como “internacionalista” pero un breve repaso de sus redes internacionales lo ponen más cerca de la “globalización neoliberal” que de un concepto emancipatorio del internacionalismo.

Lo primero que cabría decir, es volver a mencionar el vínculo de CERES con la Fundación Atlas. Como se muestra en el libro “Cultura y neoliberalismo” (Grimson, 2007), esta fundación ha sido central en la creación de think tanks liberales y su vinculación entre sí en redes transnacionales de colaboración. Su modus operandi tiene varias aristas que van desde fomentar a institutos a dedicarse en temas de políticas públicas; apoyar la divulgación de las investigaciones hacia agentes políticos que influyan en la opinión pública, entre otras.

Una segunda y muy importante vinculación de CERES a nivel internacional es con la Fundación Brookings. Talvi, se ha referido a dicha institución como la “Harvard en políticas públicas” en más de una oportunidad y lo cierto es que es uno de los think tanks más prestigiosos de Estados Unidos. Incluso, hay quienes sostienen que es el que tiene las publicaciones más “citadas” de los más de mil think tanks que existen en el país del norte (ver https://thebestschools.org/features/most-influential-think-tanks/).

En rigor, Brookings es el primer think tank del que se tiene conocimiento y tiene su foco efectivamente en las políticas públicas desde 1916, habiendo participado de la creación del Plan Marshall, por solo nombrar un caso de relevancia. Si bien tiene una génesis “liberal” en el sentido que dan en Estados Unidos a este término (o sea, “progresista”), hoy es invocada tanto por “demócratas” como por “republicanos” y se la caracteriza como una institución “diversa” o “ecléctica” en término político-ideológicos. De hecho, Ben Bernanke (11), que supo estar al mando del Banco Central de Estados Unidos (Federal Reserve) y que de progresista tiene muy poco, es una de las figuras principales de la Fundación Brookings.

Pero también vale recorrer las publicaciones académicas de Ernesto Talvi para intentar comprender un poco más sus vinculaciones. En sus trabajos, aparece como coautor junto a economistas tales como Guillermo Calvo, Alejandro Izquierdo, Carmen Reinhart y Carlos Vegh, entre otros.

Sus redes son más bien latinoamericanas: Calvo e Izquierdo son argentinos, Reinhart cubana y Vegh, uruguayo. Pero insertas institucionalmente en el circuito estadounidense y en los organismos multilaterales: Calvo e Izquierdo estuvieron en Maryland y Columbia -al igual que Talvi-, lo mismo podría decirse de Reinhart que, además de estar en Maryland y Columbia, también pasó por Harvard. Institucionalmente, Calvo e Izquierdo han sido jefes en el BID, mientras que Reinhart ha hecho lo propio en el FMI.

Como dijimos anteriormente, Carlos Végh es uruguayo e hijo de Alejandro Végh Villegas. Este último, un destacado neoliberal uruguayo, Ministro de Hacienda en la dictadura cívico-militar que atravesó nuestro país. Su hijo Carlos, amigo cercano de Talvi, al igual que éste estudió economía en Facultad de Ciencias Económicas de la Udelar y también realizó un Doctorado en Chicago. Desde enero del 2017 hasta junio de este año, Carlos Végh fue Jefe del Banco Mundial para América Latina.

De esta forma, se pone en evidencia que el grueso de sus redes intelectuales están vinculadas al análisis y diseño de políticas públicas, sea desde institutos de investigación o desde los organismos multilaterales de crédito.

Talvi, el colorado

El 14 de Agosto de 2018 Ernesto Talvi lanzó su candidatura por el Partido Colorado, decisión q ue había hecho pública unas pocas semanas antes. Sin embargo, los “Encuentros Ciudadanos” los comenzó en el 2016, cuando empezó a recorrer el país empujando su propuesta de crear 136 liceos privados de acceso restringido, como ser el Impulso, en el que forma parte del directorio. La creación en 2018 del movimiento “Ciudadanos” y el lanzamiento de su candidatura, son un paso más en esa apuesta.

Si bien hemos mostrado que ha ostentado cargos de confianza política desde 1990, no se le conoce militancia política hasta muy recientemente. Lo más, es que se ha declarado votante de la Lista 15 desde siempre, según ha consignado en varias entrevistas y ha manifestado hasta el hartazgo que ingresó en política por recomendación de Jorge Batlle.

A fines de los noventa, según ha declarado a distintos medios de prensa, desde CERES construyeron una propuesta de TLC con Estados Unidos, que fue rechazada por los propios partidos tradicionales. Desvincular a CERES, que es un centro de elaboración de políticas públicas, con “hacer política” es de un reduccionismo brutal. Pero incluso si lo hiciéramos, es posible contactar cercanías con Batlle al menos desde la crisis del 2002 cuando este le ofreció el Banco Central a Talvi, cosa que no aceptó. Aunque en los hechos, se autoproclama más recientemente como creador -a través de Ceres- de soluciones políticas para la crisis, en donde afirma haber recibido llamadas hasta del propio Departamento del Tesoro de Estados Unidos. Lo cierto que muertos Batlle, Atchugarry y hasta el propio Umberto Della Mea -reconocido por muchos como pieza clave en el recanje de deuda- es difícil calibrar sus afirmaciones.

Pero lo más importante es su actual programa. Si su trayectoria intelectual, sus vínculos con académicos neoliberales, el haber sido mano derecha de Ramón Díaz, el tener a Jorge Batlle como mentor, no fueran suficientes, su programa debería despejarnos de toda duda: crearía un Comité Fiscal independiente para resolver las finanzas públicas; también apuesta por un Banco Central independiente; divide las Empresas Públicas según “unidades de negocio” rompiendo con la integración vertical y facilitando la privatización por etapas; elimina la capacidad de elaboración tarifaria en la UTE y la pasa a la URSEA; la URSEA pasaría a ser cada vez más “independiente”; aumenta la autonomía para invertir de las AFAPs; promueve los TLC; fomenta la creación de sindicatos amarillos como forma de erosionar la negociación colectiva y, por último, promueve la creación de 136 liceos al estilo del Impulso.

En definitiva, tras un discurso de liberalismo, progresismo e internacionalismo cosmopolita, se esconde un neoliberalismo de manual que no propone otra cosa que un brutal ajuste que barrerá con muchos de los derechos más elementales. Así como sucede con la “mona”, aunque el Chicago Boy se vista de progre, Chicago Boy queda.

*Juan Geymonat es docente de Extensión Universitaria (SCEAM) y Facultad de Ciencias Sociales. Además, milita en ADUR.

**Pablo Messina es docente de la Facultad de Ciencias Económicas e integrante de la cooperativa Comuna. Además, es integrante de Hemisferio Izquierdo.

Las opiniones de ambos autores son estrictamente a título personal.

Notas

(1) Ramón Díaz, abogado y “economista”, es probablemente el personaje más importante en cuanto a la difusión del neoliberalismo en Uruguay. Con la dictadura y la llamada “intervención”, se destituyó (o eventualmente renunció) la enorme mayoría de los economistas de la facultad. En ese marco, Ramón Díaz asumió la cátedra de Monetaria que anteriormente dictaba Samuel Lichensztejn, rector de la Universidad de la República en aquel entonces.

(2) Es una compañía estadounidense que, a través de sus subsidiarias y afiliadas, ofrece servicios en el mercado de capitales, inversiones bancarias, asesoría consultiva, gestión de capital, gestión de activos, seguros y servicios de banca. Fue fundada en el año 1914 por Charles E. Merrill y Edmund C. Lynch y adquirida por el Banco de América por 44.000 millones de dólares en septiembre de 2008 para salvarla de la crisis de las hipotecas subprime. Opera en más de 40 países alrededor del mundo. En el año 2013, en nuestro país se autorizó la transferencia de acciones al grupo Julius Baer Group Ltd, una compañía Suiza, holding de Bank Julius Baer y Co. Ltd.

(3) El caso Chileno es el más paradigmático, donde los economistas neoliberales armaron “el ladrillo”, documento programático que aplicó la dictadura de Pinochet. De toda la camada formada en Chicago, de los pocos “no neoliberales” son Ricardo French Davis y André Gunder Frank, que vendrían a ser la excepción que confirma la regla.

(4) El caso paradigmático el Alberto Bensión. Estando en la OPP entra en contacto con Ramón Díaz, a la vez que con las ideas de Roberto Campos sobre el problema inflacionario y con Jorge Batlle a nivel político. Es uno de los primeros economistas cercanos al neoliberalismo en nuestro país.

(5) Además, en el Banco Central se dictaran cursos de posgrado liderados por el profesor Robert Mundell de la Universidad de Columbia, constituyendo otra mecanismo de influencia neoliberal en los economistas uruguayos.

(6) Según consigna el libro “La reacción” (Entre, 2019), para aquel entonces Ramón Díaz ya había asistido a Mont Pélerin en 1967.

(7) Su principal trabajo “académico” es “Historia Económica del Uruguay” (Ed.Taurus, 2003). El libro, está plagado de problemas y errores para nada despreciables. Para conocer algunos de sus problemas, sugerimos la siguiente lectura: https://findesemana.ladiaria.com.uy/articulo/2018/4/un-mal-libro-de-historia-economica-que-sin-embargo-merece-ser-leido/

(8) Para conocer más sobre la Fundación Atlas, sugerimos la lectura del siguiente texto:https://lento.ladiaria.com.uy/articulo/2017/12/esfera-de-influencia-como-los-libertarians-estadounidenses-estan-reinventando-la-politica-de-america-latina/

(9) A estos casos se suman el de los Vargas Lerena (propietarios de la empresa Dedicado y descendiente de Luis Vargas Garmendia, quien fuera subsecretario de la dictadura), los Flores Ferres (dueño de El trigal y primo de los Ferrés, antiguos propietarios de SAMAN)

(10) Hace dos años, publicamos en Hemisferio Izquierdo un análisis sobre la Fundación Impulso y el Liceo Jubilar.https://www.hemisferioizquierdo.uy/single-post/2017/08/01/La-RosKa-y-la-Privatizaci%C3%B3n-Educativa

(11) Phillip Mirowsky, seguramente el estudioso del neoliberalismo con mayor reconocimiento global, en su libro “Never let a serious crisis go to waste”, analiza a Bernanke, ubicándolo como neoliberal.

Bibliografía

Biglaiser, Glenn (2002). The Internationalization of Chicago’s Economics in Latin America.

Cultelli y Tajam (2019) Talvi, la saga. Economíapolítica.uy. https://docs.wixstatic.com/ugd/efdf6d_4e9cb9bd4bbc4e86b1d108408c5433df.pdf

Entre (2019). La reacción. Derecha e incorrección política en Uruguay.

Grimson, Alejandro (2007). Cultura y Neoliberalismo. Buenos Aires, CLACSO

Harriet, Silvana; Garcé, Adolfo; Pose, Nicolás; Torrelli, Milton (2017). Historia del Banco Central del Uruguay (1967-2016). Medio siglo de desarrollo institucional al servicio de la estabilidad económica. Disponible en: https://www.bcu.gub.uy/Acerca-de-BCU/50Aniversario/Trabajos-Aniversario/Documento-FCS.pdf

Mirowsky, Phillip (2013) Never Let a Serious Crisis Go to Waste. How Neoliberalism Survived the Financial Meltdown. Verso. Nueva York. Disponible en:

https://rampages.us/goldstein/wp-content/uploads/sites/7807/2018/08/Mirowski-2014-Never-Let-a-Serious-Crisis-Go-to-Waste-How-Neolib.pdf

Oddone, Gabriel (coord); Banda, Ariel; De Brun, Julio; Moraes, Juan Andŕes (2017). Historia del BCU. Disponible en:

https://www.bcu.gub.uy/Acerca-de-BCU/50Aniversario/Trabajos-Aniversario/Historia%20BCU_FINAL.pdf

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