HI: ¿Cómo describiría la situación en Uruguay de la clase trabajadora en general y del movimiento sindical en particular en la actualidad?
Flor de Liz Feijoo (FLF): La clase trabajadora en general y el movimiento sindical en particular como históricamente ha sido es una historia de lucha, enmarcada en la solidaridad, cada día una injusticia, cada día una pelea, avances y retrocesos en cada esquina, pero con un movimiento sindical que tiene muy claro que su objetivo principal es una sociedad sin explotados ni explotadores.
Con la reinstalación de los Consejos de Salarios en 2005, y la promulgación de la Ley de Negociación Colectiva los avances conquistados en estos últimos 13 años diferencian notoriamente la situación de los trabajadores en general, de aquella época donde resultaba impensable que la brecha entre los más pobres y los más ricos se fuera acortando.
Casi un millón y medio entre trabajadoras y trabajadores hoy tienen seguridad social, sistema de salud integral, leyes que los protegen y jamás será lo mismo la conquista de las 8 horas para un trabajador o trabajadora rural que tener un horario de semi-esclavitud, o no tener la ley de responsabilidad penal empresarial impulsada por los compañeros de la construcción en forma conjunta a todo el movimiento sindical donde miles en la calle impulsaron su aprobación, amparando al conjunto de trabajadores frente a los accidentes de trabajo y sobre todo frente a la irresponsabilidad de los patrones, que juegan con las condiciones de trabajo de los obreros.
Un antes y un después para las compañeras que nuclea el sindicato de domésticas, luego de la ratificación del Convenio 189 de OIT.
Será un antes y un después cuando se reglamente la Ley de Vestimenta, con sus dos principales componentes, trazabilidad y trabajo a domicilio. Así como el impulso de una Ley de inclusión laboral para personas con discapacidad, que habla de la solidaridad y de la sensibilidad frente a los más frágiles desde un sindicato de los más fuertes.
La preocupación permanente de la vivienda de los trabajadores y trabajadoras, que a pesar de todos los intentos de la derecha para que falle, sigue dando sus frutos dándole posibilidad a los compañeros de tener su vivienda propia.
Un movimiento sindical responsable y acorde a su papel histórico, ser impulsor de todos aquellos cambios que nos acerquen a una sociedad más humanizada.
HI: Pensando en el horizonte de organizar a la clase en su conjunto, ¿cuál son los principales desafíos que tiene por delante el PIC-CNT para crecer cuanti y cualitativamente? ¿cuáles son las principales dificultades para esto?
FLF: Organizar la clase en su conjunto no es una tarea fácil, pero no será un dirigente o dirigenta sindical quién diga que es imposible. Hay sectores que tienen mayores dificultades a raíz de la actividad en la que están insertos y el sistema capitalista es tan cruel en Uruguay, como en el resto del mundo.
Aún existen trabajadores en condiciones de trabajo lamentables, donde en el interior del país tienen su punto más álgido, por poner uno entre tantos ejemplos, cuando se cosecha el arándano la mayoría de veces o no tienen baño o no tienen un baño decente. Cuando hablamos del peón rural, muchas veces hablamos de un compañero sufriendo cualquier degradación solo, en medio del campo. Si se está lejos y se está solo, por la actividad que se realiza, algunos empresarios tienen la loca idea de que no rige el salario mínimo nacional, inventan un salario, que no reconoce ni siquiera la tarea del trabajador o de la trabajadora.
El miedo no es el mejor aliado de la organización y miedo es lo que le imponen a aquel, que en un lugar hostil, ose pensar en sus derechos y así coartan su reclamo. La única herramienta que contamos desde el movimiento organizado, es la unidad, la solidaridad y la comprensión al otro de que no se está solo. Elevar la conciencia de ese trabajador o esa trabajadora, hacia una conciencia colectiva.
Somos un movimiento obrero donde nuestro crecimiento cualitativo nace del debate en la diversidad, que conforma una unidad indivisible, frente a cualquier adversidad.
HI: Desde 2015 la economía uruguaya ingresó en una fase de enlentecimiento, lo cual tuvo impactos en el mercado laboral con la pérdida de 30.000 puestos de trabajo y el cierre de numerosas empresas, a lo que se suma una ofensiva patronal tendiente a flexibilizar el mercado laboral y la amenaza de desplazamiento de fuerza de trabajo por avances tecnológicos. En este escenario ¿qué desafíos tiene la clase trabajadora en su conjunto? ¿Qué agenda programática y qué estrategia general se debería impulsar?
FLF: Estamos en los primeros meses de un año sumamente importante, alrededor de doscientos subgrupos de diferentes sectores de actividad negociarán en los Consejos de Salarios, gracias a la ley de negociación colectiva.
Diferentes organizaciones negociaremos mayor distribución de la riqueza y mejores condiciones de trabajo. Las discusiones no solo pasarán por lo salarial sino por aquello que mejora nuestra calidad de vida y que transversaliza la negociación de todas y todos. Clausulas de género que contemplen la realidad de la violencia ejercida contra las mujeres, igual tarea igual salario, categorías, formación y capacitación profesional, fondos sociales como el que ya tienen la construcción, los metalúrgicos, las domésticas y próximamente el de la aguja (ya acordado), reducción de la jornada laboral, mejorar la capacidad de la empleabilidad, salud laboral, etc.
En definitiva todo aquello que implique un mejor empleo de calidad. Negociaremos y movilizaremos, no saldaremos la contradicción trabajo-capital, pero indudablemente pese a quien le pese, la vamos a mejorar.
Este año la agenda del movimiento sindical nos encontrará, con el XIII Congreso de nuestro Plenario Intersindical - Convención Nacional de Trabajadores y Trabajadoras (PIT-CNT), analizando la coyuntura actual y complementando y elaborando programa y accionar para esta etapa que pinta compleja.
Frente a una crisis mundial del capitalismo crónica y estructural, donde predomina el capital financiero sobre el productivo, y donde las grandes empresas trasnacionales, se reparten el mundo. Una crisis de toda índole política, económica, ideológica, ecológica. Donde las dificultades económicas producto de las contradicciones surgidas del propio sistema, provocan el surgimiento de una mayor belicidad y obviamente de una oligarquía reaccionaria que no admite ninguna pérdida de su ostentosidad.
El hambre y la guerra desencadenadas en varias partes del mundo por el imperialismo que cual loba hambrienta asola, y la derecha en América Latina se envalentona, lacaya de los poderosos, derrumbando cuanto derecho fuera conquistado por la clase obrera y el campo popular.
En nuestro país dos proyectos están en juego: el de la derecha reaccionaria, que quiere volver a instalarse en el gobierno y arrasar nuestros derechos conquistados, el que solo piensa en su ganancia y proyecta una plusvalía hereditaria sin querer perder un céntimo de sus potestades, al punto de no admitir que existan políticas sociales; y el de los trabajadores y trabajadoras, el de la clase obrera, el del campo popular, el de la solidaridad, el de la construcción de igualdad y de equidad.
En el informe del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social para esta nueva ronda de consejos de salario habla de indicadores económicos que a pesar de la recuperación de la economía y la baja de inflación el mercado laboral, existe un deterioro con respecto a la situación existente en la ronda de consejo de salarios 2015.
Es cierto que se han perdido puestos de trabajo directos e indirectos a raíz de los problemas comerciales con los países vecinos, también es cierto que la tecnología y la innovación avanzan a pasos apresurados en los diferentes sectores, por ello es que apostamos a una mayor calificación y profesionalización de los trabajadores. El desarrollo científico debe ser un aliado en un país que necesita elevar su índice de competitividad.
Pero también reivindicamos que deben existir políticas claras en función del desarrollo productivo y que realcen la industria nacional. La inversión extranjera directa es importante pero la inversión del Estado debe ser más importante aun.
Seguimos siendo un país agro-exportador primarizado, donde los commodities oscilan en las tempestades de la economía mundial, y eso no es suficiente para llegar a ser un país desarrollado. Corregir los aranceles de los productos importados extra Mercosur, es una prioridad. La diferenciación arancelaria en productos que específicamente atentan contra el trabajo uruguayo, harían que la economía no solo se preocupe de la macroeconomía sino del sostenimiento de sectores genuinos que son generadores de empleo.
El Estado debe comprometerse a sostener que exista un alto componente nacional, invertir para ello si es necesario. El valor agregado debe estar presente. Como desde las compras públicas, herramienta fundamental para que el Estado sea locomotora del desarrollo productivo o como las contrataciones estatales sean generadoras de trabajo digno son discusiones vigentes y latentes en nuestro movimiento sindical.
El 6% para la educación, no solo por la mejora de las condiciones de trabajo de nuestros educadores, sino por la estructura edilicia del lugar donde nuestros niños y nuestros jóvenes reciben su formación. Una formación integral merece un presupuesto integral y no, un recorte y pego. Todos pagamos impuestos, pero se debe gravar al más al capital y menos al trabajo.
Todavía tenemos un sector de la población en su mayoría mujeres, adolescentes, niños cuya vulnerabilidad producto de una herencia que nos dejó el neoliberalismo crudo, en la década del 90, a pesar de todas las políticas sociales implementadas no se ha podido mejorar y no lo podemos soslayar. Son debes del Estado y la sociedad y son preocupación de nuestro movimiento sindical.
Las ausencias en definiciones claras desde nuestro Estado, cuando por ejemplo se habla de Derechos Humanos donde la impunidad siguen latente, nos seguirá encontrando en un PRESENTE! cada 20 de mayo.
Por último, es un debe y será motivo de debate en nuestro Congreso y en esta etapa el rol de la mujer dirigenta, si es entre todas y todos que cada día ponemos un granito en transformar la sociedad, entonces también la mujer debe estar en lugares de dirección de los ámbitos de decisión política. Ya no es válida una dirección cotidiana en nuestro PIT CNT, donde votan solo los hombres.
Pertenecemos a un movimiento sindical que históricamente se ha preocupado y ocupado de defender la democracia y con ella a los más débiles primero. Esta sigue siendo nuestra responsabilidad. Somos consientes que la sociedad se transforma entre todas y todos, por eso es que dialogamos todos los días, pero también somos conscientes que para generar los cambios necesarios, es en la calle, codo a codo donde están las conquistas.