Oleo: Rocío Piferrer
Nuestro trabajo La polémica estratégica sobre el camino al socialismo en el Uruguay entre modelos publicado por Hemisferio Izquierdo en tres entregas (junio, julio, agosto de 2017) nos ha llevado a una discusión sobre las ideas de Rodney Arismendi, líder del Partido Comunista en ese período, en particular su concepto de revolución agraria democrática y antiimperialista. Véase la respuesta de Alexis Capobianco La concepción de Rodney Arismendi sobre las vías al socialismo (HI, noviembre de 2017) y nuestra serie de respuestas (HI, enero, febrero y marzo de 2018). En tanto Arismendi justifica sus ideas como una expresión de la "teoría marxista-leninista", nos resulta imposible referirnos a este tema sin ir a las ideas de Lenin. Es lo que haremos en esta entrega. El problema conceptual sobre el llamado "marxismo-leninismo" es de enorme importancia. A su vez Lenin es todo un tema, una cosa es como teórico y otra como dirigente partidario, y otra aun como dirigente de una revolución en marcha y de una corriente internacional. No solo es falso sino absurdo suponer en Lenin una coherencia absoluta; precisamente uno de sus méritos fue no tenerla, y en vez de atarse a una fórmula dogmática saber modificar sus ideas sobre la marcha y seguir adelante llevando consigo las lagunas sin resolver (lo que también tuvo sus consecuencias). Aquí, deberemos limitarnos a algunos pocos aspectos. Arismendi formula su concepto estratégico basándose en las ideas de Lenin para Rusia antes de la gran revolución de 1917, es decir en la forma en que el líder bolchevique pensaba que iba a ser esa revolución que luego ocurrió. Sin embargo, la misma terminó ocurriendo en una forma bastante distinta a lo que él y todos los marxistas rusos pensaban. Sobre la marcha y ante los hechos, Lenin reformuló su idea aunque tampoco fue de un solo golpe; esto vino precisamente dentro de una enorme polémica entre los marxistas de la época, en Rusia y en el mundo, que empezó en el propio partido bolchevique y duró décadas.
Arismendi, y esto es clave para comprender su planteo, no se basa en la revolución que ocurrió sino en la que se había pensado que ocurriría.
De modo que nuestro propósito es:
Ver cómo se gestó ese concepto de “revolución democrática" en la Rusia pre-revolucionaria.
Cómo se reformuló la estrategia leninista sobre la marcha de la Gran Revolución Rusa de 1917, superando en forma explícita las ideas previas, que deberían ser mandadas, según Lenin, "al museo de los viejos bolcheviques".
Que límites tuvo ese replanteo en la posterior estrategia internacional de la recién nacida Internacional Comunista (el problema dentro de Rusia sin duda existió y es crucial, pero excede los límites de este trabajo). Señalamos además (y es de interés especial para nosotros) que en esa estrategia internacional hubo en los primeros tiempos un silencio casi total sobre América Latina.
Por último, queremos sacar una conclusión (negativa) sobre eso que se presenta como "marxismo-leninismo", como una teoría internamente coherente que contendría tanto una concepción de la historia como la síntesis de las experiencias revolucionarias de nuestro tiempo.
Esperemos que las ideas que podamos sacar de todo esto sirvan para más que esta polémica concreta sobre la valoración de las ideas de Rodney Arismendi.
1.- ¿Qué es la idea de revolución democrática como paso necesario e imprescindible en el camino al socialismo de los países atrasados? Arismendi le atribuye la paternidad de esta idea a Lenin, y la expone en muchos lugares, hemos tomado un par de citas que selecciona Alexis Capobianco.
“...la transformación de la revolución democrática y nacional liberadora en revolución socialista, de modo ininterrumpido…[o sea] la continuidad de la revolución, del pasaje de una etapa a otra, de la interrelación dialéctica entre la etapa de liberación nacional y la socialista... es lo que distingue nuestra concepción proletaria, marxista-leninista”.
"...la revolución agraria antiimperialista... constituye el tramo inicial... hacia el establecimiento del régimen socialista... La clase obrera es la más combativa, (etc. etc.. ) pertrechada con la experiencia de todos los pueblos del mundo y con la teoría marxista-leninista..."
Hemos subrayado aquí por nuestra cuenta dos ideas, una es la transformación de esa revolución democrática en revolución socialista, que es el concepto estratégico; la otra es apelar por parte de Arismendi a la teoría marxista-leninista (argumento de autoridad, pero también una definición implícita de dicha teoría). Revolución democrática es una forma abreviada de decir revolución democrático-burguesa. Es la forma en que los marxistas rusos de la primera parte del siglo XX se referían a un hecho histórico que veían en el horizonte, Lenin lo plantea así en forma explícita en numerosos escritos.
Una explicación muy clara de este concepto, sus contradicciones y sus límites, la da Manuel Laguarda en su prólogo al Tomo 6 de las Obras de Vivian Trías. La tomaremos, aprovechando la importancia ocasional que ha tomado hoy revisar las ideas de Trías. Es extensa pero vale la pena.
"Para un punto de vista que transformaba al marxismo en una filosofía de la historia y no en una ciencia, la humanidad debía fatalmente atravesar por etapas pre-establecidas. Se aplicaba un esquema eurocéntrico -el que Marx había planteado para Inglaterra, fundamentalmente en “El Capital”- según el cual la sociedad feudal engendraba al capitalismo y luego el desarrollo de las fuerzas productivas y su progresiva contradicción con las relaciones sociales de producción daba pie al futuro socialista.
"Vale decir, la posibilidad de acceder a la sociedad socialista sólo era posible previo desarrollo del capitalismo. En este punto las interrogantes se planteaban a propósito de los pueblos que no habían alcanzado el Capitalismo maduro, como era el caso de la Rusia zarista, de las colonias y semi-colonias. "¿Podrían acceder directamente al socialismo, salteándose una etapa? Y en el caso de los pueblos coloniales: ¿su progreso pasaba necesariamente por la progresiva adscripción al sistema capitalista mundial? El colonialismo pasaría a ser entonces el camino deseado y necesario, no tendría sentido defender la identidad de las naciones del Tercer Mundo frente a la dominación extranjera. "Es sabido que estos temas ocuparon buena parte del debate dentro del marxismo en el cruce de los dos siglos. "Estos problemas se combinan con otra cuestión crucial. Marx había planteado que la supresión del feudalismo y la consolidación del sistema capitalista exigían una revolución democrático-burguesa. Democrática por sus tareas: liquidar el absolutismo, repartir la tierra entre los campesinos, expropiar a la nobleza feudal, establecer las vías para la participación política de los ciudadanos. Burguesa porque sería ésta la clase que la conduciría, así como el agente fundamental para la acumulación y el desarrollo capitalista consiguiente. El desarrollo de las fuerzas productivas, el progreso fabril e industrial, la urbanización, el crecimiento del proletariado, haría posible la revolución socialista posterior y el acceso al socialismo. "Si este esquema se aplicara mecánicamente a los pueblos atrasados, habría que esperar el desarrollo capitalista y el surgimiento de una burguesía nacional que liderase una revolución democrática para consolidar un capitalismo independiente. Mucho después, esto permitiría plantear la revolución socialista. "Cuando este complejo conjunto de problemas se plateó a propósito de la Rusia zarista, el propio Marx se negó a una aplicación mecánica de sus propias teorías y no descartó la posibilidad de que Rusia se salvara de las conmociones del capitalismo y sobre la base de una institución específica de aquella sociedad – la comuna campesina rural – accediera al socialismo. Plejanov y los mencheviques defendieron la concepción etapista más ortodoxa, eran más “marxistas” que el propio Marx. Vale decir, revolución democrático- burguesa y consolidación del capitalismo bajo dirección de la burguesía y, mucho más adelante, desarrollo del proletariado mediante, revolución socialista. "Como es sabido, Lenin va a plantear un punto de vista original: revolución democrático burguesa dirigida por el proletariado, aliado con los campesinos, para entregar las tierras a éstos, liquidar la autocracia zarista y más adelante la revolución socialista. Dos revoluciones distintas pero ambas bajo la conducción del proletariado".
Hasta aquí, Laguarda. Lo hemos citado extensamente porque es una exposición muy clara del meollo del problema, y también porque importa rescatar la reivindicación que Laguarda hizo de Trías en ese texto y en este momento en que ese tema está en discusión.
El meollo del problema es la persistencia, dentro del marxismo realmente existente como corriente de pensamiento con su propia diversidad interna y su propia evolución, de una concepción eurocéntrica y derterminista de la historia, (que Laguarda caracteriza como "filosofía de la historia").
Según ese planteo, los llamados países atrasados tienen que completar primero una etapa de desarrollo capitalista, antes de que el proletariado esté en condiciones de proponerse la construcción del socialismo. Esa concepción persiste hasta nuestros días.
Y aquí corresponde hacer una salvedad a la exposición de Laguarda, que en lo fundamental es correcta. Y es sobre Lenin. a) Lenin comenzó siendo partícipe de esa corriente eurocéntrica y determinista, por más que dentro de ella se ubicase en su ala más avanzada que sostenía que esa revolución burguesa debía ser dirigida por el proletariado (algo que suena un poco raro, el proletariado dirigiendo una revolución burguesa, y habrá que explicar) y que esa revolución burguesa y la revolución proletaria serían dos revoluciones diferentes. b) Pero la Revolución Rusa de 1917 (febrero y octubre) fue una única revolución, y no fue burguesa. Lenin comprendió eso sobre la marcha y modificó su pensamiento, Lamentablemente el relato convencional sobre este proceso tiende a ver allí dos revoluciones diferentes. c) Y en la estrategia internacional (en torno a la Internacional Comunista desde 1919) quedó sin embargo una rémora del planteo anterior. Rompiendo con las posiciones pro-imperialistas de la Segunda Internacional se levantaba, sin duda, la causa de la liberación los pueblos oprimidos por el imperialismo. Pero en cuanto al camino a seguir en esa lucha se mantenían expectativas sobre el papel progresista de las burguesías de esos países, o sectores de ellas, como si pudiesen reproducir el papel de las burguesías europeas de un siglo antes. Es en ese sentido que decimos que la ruptura con el eurocentrismo nunca se completó. En vez de ello y por el contrario, el período estalinista trajo un retroceso en esas expectativas en alianzas con "burguesías democráticas"; el post-estalinismo mantuvo las cosas en esos términos (y allí encontramos a Arismendi). Vamos a desarrollar estas ideas.
2. ¿Dónde arranca el marxismo en Rusia, y qué problemas arrastraba? En las discusiones de los marxistas rusos en el primer tramo del siglo XX se habla de una "revolución democrático-burguesa", y hay allí una ambigüedad. Quiero comenzar por ver un aspecto del problema, tal como lo plantea Lenin inmediatamente después de la revolución de febrero de 1917, en un texto fundamental en que comienza el giro crucial de su planteo estratégico, en que dice que hay que mandar la forma de ver las cosas que hasta entonces se tenía al "museo de los viejos bolcheviques".
Ese texto es "Cartas sobre táctica", escrito inmediatamente antes de llegar a Petrogrado en abril.
Luego de formular su nuevo planteo, que veremos más adelante, nos dice: "¿Pero quizá corremos el peligro de caer en el subjetivismo, de querer “saltar por encima” de la revolución de carácter democrático burgués, aún no terminada -trabada todavía por el movimiento campesino-, a la revolución socialista? Si yo hubiese dicho: “Sin zar, por un gobierno obrero”, me amenazaría semejante peligro. Pero yo no he dicho eso, he dicho otra cosa distinta..."
Lenin, al momento de abandonar el viejo concepto de "revolución democrática" y comenzar a formular otro, se pone sin embargo a la defensiva, mostrando así el peso que esas ideas conservaban en el partido.
Se refiere aquí a una consigna levantada durante la revolución de 1905 por Parvus, un "personaje" del movimiento revolucionario de aquellos años, economista, periodista, aventurero, nuevo rico, financista de grupos revolucionarios, promotor de la colaboración alemana con la vuelta de Lenin a Rusia en 1917, estafador, pirata, provocador (estuvo a punto de provocar una crisis sembrando noticias alarmistas en la bolsa), militante de ideas extremistas y radicales. Un "loco de la guerra", en el lenguaje que conocemos, pero con una rica producción teórica. Nacido en Bielorrusia anduvo por muchos lados y terminó en Alemania como un próspero burgués.
"¡Abajo el zar y viva el gobierno obrero!" había largado Parvus en 1905 llevado por el entusiasmo cuando efectivamente se intentó un gobierno obrero revolucionario en Petrogrado.
¿Qué tanto lío en que le diese para adelante a un gobierno obrero surgido en Petrogrado, que se proponía tumbar al Zar?
"Se olvidaba de los campesinos" fue la recriminación que se le hizo en los debates posteriores. No entraremos en si esa acusación fue o no fue justa, hay acá un problema.
Los revolucionarios rusos no habían superado todavía el trauma de la Comuna de París, una capital donde las masas obreras se lanzan a la lucha quedando despegadas del resto del país, y terminan derrotadas. Con fórmulas complicadas como "dictadura democrática de obreros y campesinos" intentaban saltear el problema que implicaría "saltear la etapa democrático-burguesa" y "saltar directamente al socialismo".
¡Abajo el dogma y viva el loco de la guerra! estamos tentados a decir nosotros.Y Lenin lo dijo así expresamente cuando ya se preparaba la insurrección de octubre, citando a Dantón cuando Francia fue invadida en 1792 para ahogar revolución: "il nous faut de l'audace, encore de l'audace, toujours de l'audace...".
En todas las polémicas entre los revolucionarios rusos de ese tiempo pre-revolucionario, al discutir sobre la necesidad de "completar" la revolución democrático-burguesa antes de poner proa al socialismo, vemos dos formas distintas de pensar el problema. El abordaje estructural es el que nos resume Laguarda: "El desarrollo de las fuerzas productivas, el progreso fabril e industrial, la urbanización, el crecimiento del proletariado, haría posible la revolución socialista posterior y el acceso al socialismo".
O sea: La incapacidad de saltar directamente al socialismo en las condiciones de Rusia viene dado por: a) el insuficiente desarrollo de las fuerzas productivas; b) la necesidad de que ese desarrollo previo se hiciese en el marco de las relaciones de producción propias de la época burguesa del devenir histórico.
Pero veamos esto en las propias palabras de Lenin, en el texto clásico sobre el problema escrito durante el desarrollo mismo de los acontecimientos de 1905, "Dos tácticas de la socialdemocracia en la revolución democrática":
"El grado de desarrollo económico de Rusia (condición objetiva) y el grado de conciencia y organización de las grandes masas del proletariado (condición subjetiva, indisolublemente ligada con la objetiva) hacen imposible la absoluta liberación inmediata de la clase obrera. Sólo la gente más ignorante puede no ver el carácter burgués de la revolución democrática que se está operando;... la emancipación de la clase obrera sólo puede ser obra de la propia clase obrera; sin la conciencia y la organización de las masas, sin su preparación y su educación mediante la lucha manifiesta de clase contra la burguesía, no se puede ni hablar de revolución socialista. Y como respuesta a las objeciones anarquistas de que aplazamos la revolución socialista diremos: no la aplazamos, sino que damos el primer paso hacia la misma por el único procedimiento posible, por la única senda certera, a saber: por la senda de la república democrática. Quien quiera ir al socialismo por otro camino que no sea el de la democracia política, llegará infaliblemente a conclusiones absurdas y reaccionarias, tanto en el sentido económico como en el político". Más claramente aun: "Los marxistas están absolutamente convencidos del carácter burgués de la revolución rusa. ¿Qué significa esto? Esto significa que las transformaciones democráticas en el régimen político y las transformaciones económico-sociales, que se han convertido en una necesidad para Rusia, no sólo no implican de por sí el socavamiento del capitalismo, el socavamiento de la dominación de la burguesía, sino que, por el contrario, desbrozarán por primera vez el terreno como es debido para un desarrollo vasto y rápido, europeo y no asiático, del capitalismo; por primera vez harán posible la dominación de la burguesía como clase". Y rematando la idea: "Por cuanto la dominación de la burguesía sobre la clase obrera es inevitable en el capitalismo, puede afirmarse con pleno derecho que la revolución burguesa expresa los intereses no tanto del proletariado como de la burguesía. Pero es completamente absurda la idea de que la revolución burguesa no expresa en lo más mínimo los intereses del proletariado. En países como Rusia, la clase obrera no sufre tanto a causa del capitalismo como de la insuficiencia de desarrollo del capitalismo. Por eso la clase obrera está absolutamente interesada en el desarrollo más vasto, más libre, más rápido del capitalismo". Hoy sería muy difícil defender estas ideas porque el desarrollo de la historia ha demostrado cabalmente que estaban equivocadas. Puede resultar azaroso enmendarle la plana a Lenin, pero no es necesario, porque Lenin mismo se encargó de hacerlo en abril de 1917, y a partir de allí.
Con el diario del lunes se puede decir que en 1917 las condiciones habían madurado, cuando las tomas de tierras por los campesinos se extendían por Rusia, ese año y el siguiente. Eso daba pie para perder el temor a quedar aislado de los campesinos. Y en eso se basaba el giro de la audacia. En realidad, las tomas de tierras en toda Rusia fueron alentadas por la revolución obrera.
Pero con el diario de la semana siguiente, década de los 20, cuando ocurrieron las guerras campesinas contra el gobierno soviético, cuando las requisas forzosas de trigo del comunismo de guerra, cuando la polémica dividió al Partido Bolchevique entre los partidarios de avanzar con "la lenta tortuga campesina" y que los campesinos se enriquezcan en una economía de mercado, y los partidarios de la "acumulación socialista primitiva" para el desarrollo industrial acelerado a expensas de los campesinos, puede verse que no habían madurado tanto.
Entonces, también había una discusión en que la cosa se centraba el el plano de la táctica política.
Veamos un aspecto. En esa coyuntura crucial inmediata a la revolución de febrero, Lenin y el fundador del marxismo en Rusia, Georg Plejanov, se acusaban mutuamente de "anarquistas", y en ese trabajo de Lenin que mencionamos, "Cartas sobre táctica", aparece esto de nuevo. Esa guerra verbal era para la tribuna, cada uno sabía que el otro no tenía nada de anarquista. La discusión se remonta, nuevamente, a 1905.
Considerada por ambos una revolución democrático-burguesa, descartado por ambos un "salto inmediato" al socialismo, la discusión se centraba en un problema táctico. Un breve artículo de Lenin también de 1905, "¿Sólo desde abajo o desde abajo y desde arriba?" resume la cosa en términos simples.
Para Plejanov, tratándose de una revolución burguesa, corresponde un gobierno burgués. El proletariado debe impulsar sus propias reivindicaciones en ese marco, presionado desde abajo.
Para Lenin, siendo una revolución burguesa pero con una burguesía débil y conciliadora (por su propia condición dependiente de burguesías más poderosas de los países centrales) el proletariado debía además de la presión desde abajo asumir la presión desde arriba, o sea participar del gobierno revolucionario junto con "la burguesía republicana".
Para justificar su posición Lenin se remite a un material de Engels de 1873, "Los bakuninistas en acción", referido a la revolución española ocurrida ese año, que fue derrotada. Engels reprocha la actitud de los anarquistas españoles ("bakuninistas"), hubiese sido correcto participar en los gobiernos revolucionarios aparecidos en varias ciudades españolas y empujarlos para adelante tratando de profundizar la revolución, que fuese junto a republicanos burgueses no iba contra los principios. Debía llevarse adelante la revolución por todos los medios al alcance.
Lo que resulta significativo es que Lenin para apoyar su posición, en vez de traer un caso real de co-participación en un gobierno revolucionario junto a la burguesía en una revolución real, sólo pueda traer una co-participación hipotética en una revolución frustrada. Porque esa co-participación no había ocurrido nunca.
Y tampoco iba a ocurrir nunca en lo que vendría, en ninguna parte. Todo lo contrario, esa estrategia de alianza con la burguesía en los países "atrasados" impulsada por la Internacional Comunista coadyuvó a terribles derrotas. Pero eso, esas derrotas, es para otro momento.
Lo que nos interesa acá es el triunfo de octubre de 1917. Fue posible por el giro estratégico en abril, abandonando la concepción previa de completar la revolución burguesa.
Y vemos que Lenin y Plejanov habían intercambiado sus posiciones. Había en Rusia un gobierno provisional. Plejanov, que antes se oponía a participar, ahora estaba a favor. Y Lenin, que antes estaba para participar, ahora estaba en contra. ¿Qué había ocurrido? Que los hechos habían demostrado que no existía ninguna burguesía revolucionaria, ni semi-revolucionaria, ni democrática.
Ahora, a partir de abril, Lenin va a impulsar un camino no burgués para la revolución rusa, ni de empujar a la burguesía, ni de buscar sectores democráticos, ni nada. Propondrá una "nueva forma" de "dictadura democrática de obreros y campesinos" pero en realidad lo que propone es derribar al gobierno provisional (no inmediatamente, sino cuando se hubiese ganado una batalla política previa para ganar a las masas y sustituirlo por un gobierno obrero o lo que él entendía por tal. Propone una forma política aún en construcción, los soviets, El apoyo campesino vendría por añadidura, y se sumaría. Para eso los bolcheviques cambian incluso el programa del partido abandonando la consigna de nacionalización de la tierra. O no vendría, un tema muy discutible dado la historia posterior. También esas formas políticas irían cambiado por imperio de las circunstancias, y la teoría fue cambiando una y otra vez, al compás de los hechos que le caminaban por encima a la teoría anterior.
Pero antes de eso ¿cómo explicar el surgimiento de esa particular concepción de la "revolución democrática"?
Vamos a ver un artículo de Lenin de 1912, "Democracia y populismo en China" en que se refiere al líder de la revolución democrática china, Sun Yat-sen.
"Cada línea de la plataforma de Sun Yat-sen está impregnada de un sincero y combativo espíritu democrático.... es un demócrata revolucionario, pletórico de nobleza y heroísmo propios de una clase ascendente y no en decadencia...".
A partir de allí Lenin hace un análisis de clase de la situación, no sólo en China, sino con mayor amplitud.
"Eso significa que el Oriente ha emprendido de manera definitiva la senda del Occidente, que nuevos centenares y centenares de millones de seres tomarán parte, desde hoy, en la lucha por los ideales que llegó a formular el Occidente. Se ha podrido la burguesía occidental, y ante ella se yergue ya su sepulturero: el proletariado. Pero en Asia existe aún una burguesía capaz de representar a la democracia sincera, combativa y consecuente, digna compañera de los grandes tribunos y grandes prohombres de fines del siglo XVIII en Francia. El representante o apoyo social principal de esta burguesía asiática, capaz todavía de realizar una obra de progreso desde el punto de vista histórico, es el campesino".
Hasta acá, es lo que ya hemos visto, incluyendo toda esa fantasía sobre la "burguesía democrática" sólo que esta vez en China, porque allí (es el subtexto que resulta evidente) eran más atrasados todavía. Pero queremos subrayar lo que viene ahora, la crítica que le hace a Sun Yat-sen (subrayado por mí).
"Pero esta ideología de la democracia combativa se combina en el populista chino, con los sueños socialistas, con la esperanza de que China eluda la vía capitalista, de que conjure el capitalismo... Examinada desde el punto de vista de la doctrina, esta teoría es la del 'socialista' reaccionario pequeñoburgués. Porque es reaccionario por completo el sueño de que en China se pueda 'conjurar' el capitalismo, de que en China, como consecuencia de su atraso, sea más fácil la revolución social, etc. ".
Fue Lenin el que, en las discusiones del II Congreso del POSDR (1903) usó la expresión "combar la vara". Las cosas estaban, decía, unilateralmente puestas hacia un lado. Para enderezarlas, las exageró para el otro. Esta metáfora nos puede explicar el desarrollo del marxismo en Rusia. Nace sobre un terreno lleno de socialismo revolucionario utópico, voluntarista, subjetivista, que hace centro en la idea de "saltar el capitalismo".
Para combatir ese unilateralismo desarrolla, a modo de compensación, otro unilateralismo, objetivista, positivista, que exagera el papel que tendría el capitalismo en el desarrollo de Rusia. Pero no sólo eso, lo justifica además desde el punto de vista de la clase obrera. Y más aun, siguiendo ese camino Lenin aquñi califica de reaccionaria la idea de Sun Yat-sen de eludir la vía capitalista al desarrollo moderno. Lo califica de "naródnik", populista ruso.
Y es ese nuevo unilateralismo será lo que luego habría que mandar al "museo de los viejos bolcheviques".
Lo que luego pasó realmente en China (todo lo contrario de lo que dice Arsimendi, resultaron equivocadas las ideas de Lenin, como es evidente) es para otro momento. Aquí, solamente quisimos ver como se gestó esa idea de la "revolución democrática".
La idea de la "revolución democrática" o "etapa democrática" de la revolución en los países del Tercer Mundo es precisamente la idea de la repetición de la historia europea en la periferia, a cuenta de ese cuento de los países "atrasados" que van a la zaga de los "adelantados", pero por el mismo camino.
"Democrático" como equivalente de burgués, en el sentido de transformaciones democráticas en el régimen político y transformaciones económico-sociales que estuvieron asociadas a lo anterior en el contexto histórico de la revolución burguesa europea, contexto que ya hace tiempo no existe y no se va a repetir. Hoy ya ni los liberales burgueses se creen ese argumento de una correspondencia entre mercado y democracia.
La experiencia de las grandes revoluciones históricas demuestra que nunca existió la pretendida "etapa democrática", y nos permite llegar además a la conclusión de que no podía existir. Lenin mismo luego, viendo en retrospectiva la revolución de 1917 dice que sí existió, pero no se pone de acuerdo en la fecha en que habría culminado esa etapa y da tres versiones diferentes en sus trabajos posteriores a 1917, pero las tres están entre 1918 y 1919. Los maoístas a su vez, o toman por eso las relaciones democráticas con los campesinos durante la guerra civil, que es algo muy importante y positivo pero es otra cosa, y además ¿qué otra cosa iban a hacer en esas condiciones, acaso masacres y campos de concentración como los de Stalin? ¡Jamás hubiesen ganado así la guerra! O ponen, ya en el poder, fechas también ridículamente cortas (mucho más en China, nada menos) para lo que debería haber sido, en teoría, una etapa histórica de desarrollo de las fuerzas productivas, que además es lo que menos ocurrió. Constreñidos por la línea política oficial del estalinismo, para tomar del poder necesitaban una "burguesía democrática". Pero ¿quién los iba a controlar, o meter la bota? ¡China no es Polonia! Cuando ya habían ganado la guerra contra la burguesía reaccionaria, la única que había, inventaron con cuatro chinos dispuestos una "burguesía democrática", montaron el tinglado, tomaron el poder, y a otra cosa. ¿De qué estábamos hablando? Se trataba de resolver el problema de la insuficiencia de desarrollo capitalista (e insuficiencia de desarrollo real o supuesto de las fuerzas productivas) por la vía de relaciones de economía de mercado y propiedad privada, que, por el desarrollo propio y espontáneo de las contradicciones del modo de producción capitalista (la burguesía, para crecer como clase, trae también el crecimiento de la clase obrera) crearía "condiciones objetivas" diferentes.
Esa era la expectativa histórica puesta en la expresión "revolución democrática", y eso es lo que no se cumplió.
3. ¿Cuál fue la historia real de la Gran Revolución Rusa de 1917? Esta nota es sobre las ideas de Lenin de la "revolución democrática". Como es sabido, Lenin cambia sus ideas al respecto a partir de abril de 1917. La razón es que el desarrollo real de la revolución se aparta del curso supuesto. En el curso de los hechos reales Lenin va modificando sus ideas en pasos sucesivos. Vamos a ver muy sucintamente lo que pasó en los hechos. Sucintamente porque el tema es complejo y está fuera del alcance de este trabajo, pero no podemos dejarlo completamente de lado. La mejor forma de abordar el tema es comenzar por la mirada de Lenin, en retrospectiva, sobre la Gran Revolución Rusa de 1917. Tomemos un breve texto de 1923, uno de sus últimos escritos. "Nuestra revolución". Allí discute los argumentos contra el poder soviético que esgrimían en la II Internacional, pasemos por alto los calificativos que les pone (cobardes de servilismo pedante, medrosos reformistas pequeños burgueses que se las dan de revolucionarios, simples mentecatos...).
"Rusia no ha alcanzado tal nivel de desarrollo de las fuerzas productivas que haga posible el socialismo", les cita Lenin, y responde. "Repiten de mil maneras esta tesis indiscutible y les parece decisiva para enjuiciar nuestra revolución".
La defensa de la revolución rusa que hace Lenin, aunque le da la razón a sus adversarios, se basa en las excepcionalidades del caso: a) la guerra imperialista que ha llevado las cosas a una situación extrema y sin salida; b) la condición particular de Rusia como "frontera" entre Oriente y Occidente, el segundo en decadencia por la degradación del capitalismo en su fase imperialista, y el primero en una etapa histórica de modernización.
Lenin no desarrolla estas ideas, que además no son siquiera "sí" sino más bien "¿por qué no?". El tema de la guerra es indiscutible, el otro es apenas el esbozo de una posibilidad, con más interrogantes que otra cosa.
"Y a ninguno de ellos se le ocurre preguntarse: un pueblo que afrontó una situación revolucionaria como la formada durante la primera guerra imperialista, ¿no podía, bajo la influencia de su situación desesperada, lanzarse a una lucha que le brindase, por lo menos, alguna probabilidad de conquistar para sí condiciones no corrientes del todo para el progreso sucesivo de la civilización". "Si para crear el socialismo se exige un determinado nivel cultural (aunque nadie puede decir cuál es este determinado "nivel cultural", ya que es diferente en cada uno de los países de Europa Occidental), ¿por qué, pues, no podemos comenzar primero por la conquista revolucionaria de las premisas para este determinado nivel, y lanzarnos luego, respaldados con el poder obrero y campesino y con el régimen soviético, a alcanzar a otros pueblos?" "Para crear el socialismo, decís, hace falta civilización. Muy bien. ¿Y por qué no hemos de poder crear primero en nuestro país premisas de civilización como la expulsión de los terratenientes y de los capitalistas rusos y comenzar luego ya el avance hacia el socialismo? ¿En qué libros habéis leído que semejantes alteraciones del orden histórico habitual sean inadmisibles o imposibles? "Ni que decir tiene que un manual escrito según las ideas de Kautsky era algo muy útil en su tiempo. Pero ya va siendo hora de cambiar de pensamiento de que este manual prevé todas las formas de desarrollo de la historia universal. Sería oportuno declarar simples mentecatos a quienes así lo creen".
Antes de seguir, digamos que el Che toma expresamente estas ideas en "El socialismo y el hombre en Cuba".
"En el esquema de Marx se concebía el período de transición como resultado de la transformación explosiva del sistema caitalista destrozado por sus contradicciones; en la realidad posterior se ha visto cómo se desgajan del árbol imperialista algunos países que constituyen ramas débiles, fenómeno previsto por Lenin. En estos, el capitalismo se ha desarrollado lo suficiente como para hacer sentir sus efectos, de un modo u otro, sobre el pueblo, pero no son sus propias contradicciones las que, agotadas todas las posibilidades, hacen saltar el sistema... "En estos países no se ha producido todavía una educación completa para el trabajo social y la riqueza dista de estar al alcance de las masas mediante el simple proceso de apropiación. El subdesarrollo por un lado y la habitual fuga de capitales hacia países «civilizados» por otro, hacen imposible un cambio rápido y sin sacrificios. Resta un gran tramo a recorrer en la construcción de la base económica y la tentación de seguir los caminos trillados del interés material, como palanca impulsora de un desarrollo acelerado, es muy grande. "Se corre el peligro de que los árboles impidan ver el bosque. Persiguiendo la quimera de realizar el socialismo con la ayuda de las armas melladas que nos legara el capitalismo (la mercancía como célula económica, la rentabilidad, el interés material individual como palanca, etcétera), se puede llegar a un callejón sin salida".
Y esta es la conclusión a la que llega el Che: el esqueleto de nuestra libertad completa está formado, falta la sustancia proteica y el ropaje; los crearemos. ¿Y qué podemos decir frente a semejantes "argumentos"? Lo mismo que dijimos antes. ¡Abajo el dogma y viva el loco de la guerra!
Es evidente que Lenin tiene razón en su defensa de la revolución rusa, hecha en excepcionales condiciones, frente a los argumentos del "marxismo positivista". Pero también es evidente que así, da por tierra con Lenin.
Si acaso Sun Yat-sen hubiese vivido vivido 83 u 84 años y hubiese entrado a Pekin con Mao (que vivió 83) ¿no podría decir que Lenin era un mentecato al tratarlo de reaccionario pequeñoburgués? Porque lo que hizo posible esa revolución no fue un desarrollo capitalista de las fuerzas productivas, una etapa democrática, una burguesía democrática, sino las condiciones excepcionales de una guerra mundial, y un pueblo bajo la influencia de una situación desesperada, en el callejón sin salida desde el punto de vista del desarrollo "normal" del capitalismo, que comenzó primero por la conquista revolucionaria de las premisas, para lanzarse luego, respaldado con el poder obrero y campesino a alcanzar a otros pueblos.
4. Vamos terminando
La Gran Revolución Rusa de 1917 fue un hecho excepcional en la historia, producto de circunstancias excepcionales. Sus dirigentes fueron también excepcionales, como dirigentes prácticos y teóricos. Nos han dejado enseñanzas de enorme valor, incluso en sus errores, que fueron muchos y muy graves. Darles la espalda sería absurdo.
Hacer del pensamiento de cualquiera de ellos un dogma no solo seria absurdo, sería imposible porque ese pensamiento fue cambiando en el curso de los hechos.
La primera revolución obrera de intención socialista podría haber sido diferente en muchas cosas, tal vez hubiese podido evitar algunos de sus peores errores, toda revolución comete errores, y también crímenes. Y toda revolución termina engendrando una contrarrevolución. En lo que no podría haber sido diferente es en ser la primera. Y por lo tanto no podía apoyarse en una experiencia previa. Es evidente que la teoría revolucionaria que la inspiraba debería construirse sobre la marcha, modificándose.
También fue la primera revolución de la historia dirigida por marxistas. Es un marxismo que no es hijo del libro de Kautsky sino de Plejanov.
Podemos caracterizar a Plejanov como un "determinista histórico", pero uno muy sofisticado. Su marxismo determinista es una reacción ante el voluntarismo subjetivo de los revolucionarios rusos que los precedieron. Fue un paso necesario, pero también trajo sus problemas. Los bolcheviques fueron sus hijos rebeldes pero heredaron parte de su forma de ver las cosas. Sin embargo esa herencia los hubiese llevado a un callejón sin salida porque Plejanov tenía razón, esa revolución era imposible según la filosofía determinista de la historia. La concepción bolchevique se fue filtrando de pragmatismo.
En la historia funciona la ley del paralelogramo de las fuerzas. Una burguesía muy débil como para generar un desarrollo capitalista, un proletariado muy débil como para construir el socialismo; el resultado fue un híbrido que andaba a los tumbos. Y la teoría, que había arrancado con ese conflicto interior, reflejó ese drama. Las polémicas internas de los bolcheviques en los primeros años de la revolución son de una increíble riqueza; precisamente por todos los problemas que vivieron y los inevitables errores cometidos.
Lenin comenzó caracterizando el régimen soviético como "estado obrero con deformaciones burocráticas apoyado en una alianza obrero-campesina". Cuando la debilidad obrera significó incapacidad industrial, no poder atender las necesidades del desarrollo agrario, la alianza obrero-campesina se rompió. El fenómeno burocrático era inevitable por esa misma debilidad, pero la agudización de las contradicciones sociales lo potenció; la burocracia fracasó en la gestión agraria y entonces se volcó a la súper explotación de la clase obrera. De ser un "estado obrero con deformaciones burocráticas" pasó a ser un estado burocrático, generó una nueva clase dominante explotadora. Cuando ese nuevo modo de producción alcanzó su madurez superando la etapa de acumulación primitiva, el "nivel cultural" de la clase obrera pasó a ser un problema para el dominio burocrático. Un sector de esa burocracia optó por el camino de transformarse en una nueva burguesía. Lo que en algún caso se calificó de "socialismo larvario" resultó un capitalismo larvario, pero el capitalismo adulto que salió de allí sigue teniendo la misma debilidad del capitalismo dependiente previo a la revolución.
La dictadura burocrática estalinista debía justificar su usurpación. Una forma de hacerlo fue inventar el "marxismo-leninismo", una doctrina ritual y escolástica. Incluía muchas fórmulas. La "revolución democrática" fue una de ellas. Servía para vestir su política de conciliación de clase en la periferia capitalista, porque seguía alimentando la fantasía del las posibilidades de desarrollo capitalista, burguesía democrática, etc.
El concepto de "revolución democrática" se originó en el primer período del marxismo ruso. Es totalmente cierto que Lenin estuvo allí. Esa teoría fue desmentida por los hechos, y además Lenin la abandonó, porque supo reconocer ese curso de los hechos.
No queremos decir acá en absoluto que el camino de los bolcheviques, de los chinos, de los cubanos, haya podido resolver ese problema de la falta de la "sustancia proteica". Es un problema abierto, cuya solución no está ni en los libros de Kautsky ni de Lenin.
Lo único que estamos diciendo es que esperar por la solución que traería la "revolución democrática" resultó vano.
* Investigador y militante político. Fue coordinador de la revista Alfaguara y la publicación electrónica La lucha continúa, fue también fundador del Encuentro Latinoamericano de Revistas Marxistas. Es colaborador de varias publicaciones y centros de debate.