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Por: Hemisferio Izquierdo

Editorial. Macri educador: el capital contra la educación pública en la vecina orilla


Dibujo de tapa: Ilustración de Rocío Piferrer realizada para Hemisferio Izquierdo

Entre tarifazos, escaladas inflacionarias y recortes presupuestales, los gremios docentes de Argentina vienen desplegando, desde hace algunos meses, un sinfín de medidas de fuerza. Huelgas, paros, ocupaciones y movilizaciones. La negativa del gobierno de Macri ​a convocar las paritarias para negociar con los sindicatos de la educación fue sólo la punta del iceberg. Le siguió la convocatoria a "docentes voluntarios" en el marco del conflicto, que no sólo operan como "rompehuelgas" sino que también reafirman la política de desvalorización de la docencia, dando la idea de que cualquier persona puede cubrir a un docente en conflicto, como si ante una huelga de cirujanos cualquiera pudiera hacer intervenciones quirúrgicas. Para encender aún más la mecha, Macri realizó unas ya célebres declaraciones en las que expresó que “caer en la educación pública” era una “desgracia”, un designio de males insondables para quienes sufren ese extremo. Estas afrentas lejos de acortar “la grieta” no hacen más que ahondarla, una suerte extensión del fracking hacia la perforación del tejido social. Así las cosas, las movilizaciones se incrementaron, cosechando más y más adhesiones, mientras que el neoconservadurismo de Cambiemos con Macri a la cabeza redobló la apuesta, desatando una brutal represión a las movilizaciones docentes, sumándole al desprestigio el palo y la criminalización. Con todo, el conflicto no ha cesado, y aún prosigue. Por la relevancia de lo que está en juego, por la cercanía, por la similitud en no pocos rasgos históricos de los sistemas educativos públicos de ambas orillas del Plata, y por tratarse de un laboratorio internacional, los sucesos de Argentina merecen toda nuestra atención. Tanto más cuando, de este lado del río, la educación de la Banda Oriental también recibe una andanada múltiple que la etiqueta "en estado de crisis", criminaliza a los gremios docentes (llegando al extremo, hace dos años, del decreto de esencialidad) desde un discurso que ubica a los profesores como el centro de todos los males educativos. Es así que estudiar, analizar, conocer y solidarizarse con la lucha docente en Argentina resulta fundamental. Para ello, es necesario no sólo ver la coyuntura en el tiempo del "acontecimiento" sino poder ubicar, en los sucesos presentes, las raíces profundas, con anclaje de larga data. Procurar comprender cuánto de la crisis educativa responde a Macri, cuánto a una dinámica de largo plazo de acumulación de capital, procurando pensar también cuáles son las posibles salidas, con la conciencia clara de que maestra luchando, también está enseñando. Con la presente separata, compuesta por seis artículos de académicos y militantes docentes argentinos, procuramos aportar en dicho sentido.

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