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Hemisferio Izquierdo

Entrevista a Alexis Capobianco*


Hemisferio Izquierdo (HI): ¿Cuáles son a tu juicio los principales problemas que presenta la educación pública nacional (centrándose en tu nivel educativo de actuación)?

Alexis Capobianco (AC): Muchos de los principales dirigentes políticos y los grandes medios de comunicación hace tiempo que vienen planteando, como un problema fundamental, el de la “crisis de la educación”, para algunos este es el principal problema del país. Se aduce a favor de la existencia de esta “crisis” los resultados de las pruebas PISA, los números de egreso -principalmente de secundaria-, la desigualdad en los resultados, y otros datos planteados en forma descontextuada y sin un análisis cualitativo.

Las causas de esa crisis, en los discursos dominantes, siempre son internas a la educación, desvinculando lo educativo de su contexto más amplio. Asimismo, como la educación es descontextualizada, las supuestas “soluciones” siempre pasan por medidas a aplicar exclusivamente en los ámbitos educativos: presionar a los docentes para que promuevan más alumnos, contabilizar a los estudiantes desvinculados como “repetidores”, reglamentos de evaluación cada vez más permisivos, extender permanentemente el “tiempo pedagógico” -sin análisis de los procesos de extensión horaria anteriores-, “contextualizar” la educación, lo cual encubre dos cosas: una concepción que subordina los intereses de la educación a los del “mercado”, y un profundo clasismo, que ofrece una educación diferente según la clase social.

El gran “culpable” de los problemas educativos, para estos discursos dominantes, es el docente, porque no hacen propuestas pedagógicas “innovadoras” y “divertidas”, porque proponen una educación “libresca” y no adaptada a los “intereses” de los alumnos, porque faltan, porque hacen paro. “La educación es una fábrica de exclusión” llegó a decir uno de los principales dirigentes del Partido Nacional. No es una determinada estructura económico-social quien excluye, sino la educación.

Recién ahora creo que podemos esbozar un análisis de los principales problemas de la educación. Si uno analiza las cosas con mayor profundidad, gran parte de esos malos resultados, que serían la manifestación de la crisis de la educación, expresan algo más profundo que es una crisis de la sociedad en su conjunto. Si es necesaria una educación “incluyente”, es porque existe una estructura económico-social que excluye permanentemente, si los estudiantes de los barrios más pobres tienen rendimientos menores, así como mayores niveles de repetición y menores de egreso, es porque los condicionamientos sociales son determinantes en gran medida. Si hay mayores niveles de desvinculación, es porque los estudiantes de los sectores más pobres tienen que salir a trabajar en edades mucho más tempranas o porque se enfrentan a situaciones dramáticas desde muy temprana edad. También porque existe una polarización cultural, porque hay hogares con mayores y menores niveles de “capital cultural”, como se suele decir, porque hay padres que debido a sus extensísimas jornadas laborales pueden estar muy pocas horas en contacto con sus hijos, lo cual repercute en el proceso educativo que no comienza en las instituciones formales de enseñanza sino en el seno del hogar. En síntesis, porque existe una estructura social fuertemente polarizada donde una gran parte de la población trabaja larguísimas jornadas para lograr un salario de sobrevivencia y algunos no llegan ni a eso, y si bien han mejorado muchos índices, eso no quiere decir que se hayan mejorado sustantivamente las cosas. Estábamos muy mal, mejoramos un poco en los últimos años, pero se mantiene una estructura económico-social fuertemente polarizada, y una gran concentración de la riqueza en pocas manos.

Pero esto se agrava si pensamos que vivimos en un contexto cultural complejo, en una cultura consumista, y esa cultura -promovida por la publicidad y los grandes medios- implica toda una serie de transformaciones a nivel de la subjetividad. Es también una cultura hiperindividualista e inmediatista, que valora el tener sobre el ser, que supone toda una visión instrumentalista que solo valora aquello de lo cual se puede obtener beneficios materiales también inmediatos, subvalorando el arte, la cultura, el conocimiento. Es una cultura que promueve una forma de ver las cosas y valores opuestos a los que implica el fenómeno educativo, el cuál se basa en la valoración del arte y la ciencia, del esfuerzo y la construcción colectiva de las cosas.

Lo que desde los discursos dominantes se llama “crisis de la educación” es, a mi juicio, una manifestación de una crisis de la sociedad capitalista en su conjunto, que no es una crisis económica solamente, sino social, cultural, ecológica, que abarca la totalidad de la sociedad, es una crisis de carácter estructural como plantean algunos teóricos, agravada en los países del capitalismo periférico, con sus mayores niveles de pobreza y exclusión. Vivimos en un capitalismo senil y decadente, donde podemos ver el fortalecimiento de tendencias nihilistas y cada vez más destructivas de la naturaleza y de la humanidad, la perdida de sentido, etc.

Entonces, ¿cuál es el principal problema de la educación? Son un conjunto de problemas interrelacionados: una concepción ideológica que, como no quiere transformar las estructuras económico-sociales en forma profunda, necesita ver los problemas de la educación como exclusivamente educativos; el verticalismo y la ausencia de democracia en las decisiones; la imposición de recetas, muchas de ellas provenientes de tecnócratas locales o extranjeros con poca o nula relación con la práctica educativa; la subordinación cada vez mayor a los gobiernos y en particular al Poder Ejecutivo, que no piensan en el largo plazo; la ausencia de un verdadero debate a nivel político, puesto que la mayoría de los partidos, con matices, comparte una misma concepción de la educación; los limitados recursos presupuestales, que si bien mejoraron con los gobiernos del Frente Amplio siguen siendo muy bajos.

HI: ¿Cuáles son las principales propuestas de política educativa que desde tu sindicato/gremio se están impulsando? (incluyendo propuestas de tipo pedagógico)

AC: En primer lugar, si uno de los principales problemas es la ausencia de democracia en las decisiones, una de las cosas que hay que impulsar es la construcción de una cultura democrática. Los sindicatos y las ATDs siempre han promovido la democratización, que pasa por conquistar la autonomía y el cogobierno, pero que pasa también por la construcción de una cultura democrática, superando la cultura verticalista de “ordeno y mando” que es lo que predomina en la ANEP. Considero que los mejores planes vigentes son aquellos que fueron propuestos por las Asambleas Técnico Docente, como el plan del nocturno. Pero que se tome en cuenta a las ATDs es una excepción y no la regla.

También es fundamental reinvindicar el carácter educativo de las instituciones educativas, lo cual parece algo obvio, pero no lo es. Las autoridades de la educación y los gobiernos han impulsado la transformación de las instituciones educativas en espacios de retención de los estudiantes, en una especie de guarderías, y en ese contexto se enmarcan las políticas de extensión horaria permanente que no tienen un fundamento pedagógico. Supuestamente esas políticas tienen como objetivo la mejora de los aprendizajes, pero no se han realizado estudios que avalen esa hipótesis, y la experiencia parece dar muchas pruebas en contra.

Otra cuestión esencial es construir más liceos, liceos más pequeños que permitan un vínculo personalizado, con grupos que no pueden ser mayores de 25 alumnos. Una de las principales causas de la desvinculación es precisamente la sobrepoblación en algunos liceos, que están en su mayoría en los barrios con mayores niveles de pobreza.

Apostar a una educación integral es algo que permanentemente hemos propuesto, revalorando lo humanístico, en contraposición a las corrientes dominantes cada vez más orientadas hacia el mercado, que proponen una formación parcial y mutilada.

También sería fundamental que los docentes pudieran tomar menos horas y no 40, 50 o 60 para seguir formándose, para poder planificar mejor las clases, para evitar los problemas de estrés, depresión y problemas de salud en general, para poder disminuir el número de inasistencias docentes.

Para todo esto son necesarios recursos, pero también una disposición al diálogo por parte de las autoridades que no existe. Hay cuestiones que se podrían mejorar, aun en un contexto tan complicado como el que describíamos más arriba, sin caer en utopismos que supongan que se podrán resolver todos los problemas mientras no se toquen las estructuras que están en la base de muchos de ellos, ni se promueva un proceso de transformación cultural profunda, alternativa a la cultura consumista, individualista y despolitizante del capitalismo actual. Pero las orientaciones que han tomado los gobiernos de todos los partidos en general han empeorado los problemas, porque son políticas educativas orientadas no hacia la transformación de lo existente, sino hacia la reproducción de lo existente, que se plantean la polarización social y cultural y la exclusión como un dato, como un hecho natural y, por tanto, insuperable. Ante esto último, la mejor política educativa posible es aquella que apunte a una real democratización, donde docentes, estudiantes y padres, entre otros, puedan debatir, proponer y decidir sobre los destinos de nuestra educación pública.

* Profesor de Filosofía en Educación Secundaria y UTU. Militante de FENAPES.

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