Imagen: Ángulos y curvas, Carlos Alberto Ibarra Méndez.
Me sorprendió y generó expectativas la proposición de HEMISFERIO IZQUIERDO de intercambio para generar a futuro las respuestas estratégicas de las que carecemos quienes aspiramos a la erradicación de la depredación brutal sobre el hombre y sobre su hábitat, el planeta. Por la iniciativa, muchas gracias.
Habrá que hacer un enorme esfuerzo para salir del universo mental de los buenos deseos, ser capaces de aprehender y comprender la complejidad de la realidad económica, social, política, pues sin ello toda aspiración de respuestas estratégicas sólidas se verá limitada por la subjetividad y la superficialidad.
En esta sociedad enferma todos y cada uno somos víctimas y victimarios y no deberíamos hacernos los distraídos. La sociedad como conjunto ha sido incapaz de curar sus taras, afirmación que no significa sin embargo que sucesivas generaciones no hayan luchado para dotarla de una nueva calidad. Si bien es necesario darnos nuevos objetivos estratégicos no quiere decir que partamos de cero, ni en América ni en los demás continentes.
Es una grave equivocación sumarse al coro del interés privado y repetir acríticamente que la revolución fracasó. Antes de tal afirmación sería sano investigar, descubrir, dilucidar a dónde no se llegó pero sustancialmente dónde sí se llegó, cuales avances determinantes en aquellos procesos se hicieron irreversibles.
A mi modo de ver la lucha central del momento histórico actual debe darse en el terreno de la comprensión profunda de los fenómenos de este ente vivo que es la sociedad en el mundo, en el continente, en nuestra región.
Es imprescindible además conocer nuestro pasado que es la historia del dominio y la opresión por parte de sucesivos imperios –España, Portugal, Inglaterra, Francia, Alemania, Estados Unidos de Norte América, y las élites subsidiarias en cada uno de nuestros países- pero a su vez la historia de los constantes enfrentamientos populares a sus políticas de dominio, por ejemplo: la rebelión indígena en el Perú virreinal, los quilombos en Brasil, las masivas huelgas obreras en la Argentina y un largo y rico etcétera.
Se hace muy difícil reconocerse plenamente americano cuando se es nieto o biznieto de inmigrantes europeos; también allí es necesario un nuevo auto reconocimiento que conlleve la conciencia de la historia continental y la orgullosa pertenencia a esa identidad múltiple y mestiza.
Sucesiva y concomitantemente América ha vivido y vive aún formas económicas que posibilitaron la sobre explotación del trabajo humano y de sus recursos naturales: esclavitud, feudalismo, capitalismo dependiente; pero también una enorme revolución que puso en tela de juicio con su práctica todas las relaciones de explotación del hombre, y, todas las formas del racismo y la discriminación basada en la posesión de bienes. Que propugnó permanentemente la solidaridad entre los hombres –un verdadero internacionalismo proletario, decía el Che- por encima de toda frontera.
Al capitalismo en tanto tal necesitaremos estudiarlo exhaustivamente para no caer en la negación al barrer de tal sistema. Negación que es una expresión infantil e inmadura constantemente explicitada.
Se hace imprescindible entender cómo y porqué el capitalismo es tan vital y se reproduce, cómo y porqué domina las mentes de la gente, etc., pero también de qué modo logra que el conjunto de la sociedad aproveche y disfrute de enormes pasos adelante en su calidad de vida y en su capacidad productiva.
No tengo duda de que estas afirmaciones pueden resultar sumamente urticantes.
La economía socialista debe eclosionar como superación de la economía capitalista. Debemos entonces conocer aquello que es necesario superar y a su vez aprender a reconocer donde el capitalismo va sentando bases materiales y organizativas en sus formas económicas que tienen ya contenidos socialistas.
*Obrero de toda la vida, o casi. Desde hace unos cuantos años trabajo como guardia de seguridad en una empresa del ramo. Hago esta presentación para no caer en el irrespeto del anonimato.