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Hemisferio Izquierdo

Entrevista a Gustavo López


Hemisferio Izquierdo (HI) - Cayó el muro de Berlín, de a poco se diluye el ciclo progresista en América Latina, ¿cuál es el horizonte histórico para orientar la militancia hoy?

GL: La pregunta remite a cuestiones de naturaleza diferente y cuya complejidad no permite un abordaje profundo en los límites de esta entrevista. Diremos simplemente y de modo sucinto y esquemático cual es nuestra opinión al respecto.

La caída de lo que conocíamos como campo socialista es el producto de dos factores centrales, por un lado la acción sostenida del imperialismo y por otro de un proceso de degeneración de las experiencias revolucionarias más importantes del siglo XX. No obstante la Revolución de Octubre sigue siendo el acontecimiento más importante de la historia de la humanidad desde el punto de vista de los explotados y oprimidos.

Los llamados ciclos progresistas de América Latina son procesos conducidos por el reformismo claudicante que abandonó toda perspectiva revolucionaria para limitar su accionar a la fantasía onírica de humanizar el capitalismo.

Sobre las ancas de enormes expectativas populares estos gobiernos se convirtieron en fieles ejecutantes de las políticas económicas al servicio del capital matizando su impacto temporalmente con planes sociales asistenciales. En nuestro país el gobierno del frente amplio podría ser definido como el sueño de oro del gran capital, por un lado generó las condiciones para el aumento exponencial de la tasa de ganancia del capital transnacional y por otro les aseguró la paz social convirtiendo a las direcciones del movimiento obrero en legitimadores sociales de la política del gobierno.

Sobre este cuadro de realidad las fuerzas revolucionarias deben relanzar la ofensiva socialista. Ese es el horizonte que debe orientar la militancia, el socialismo como única alternativa a una humanidad digna de ese nombre. Cualquier mirada al mundo en que nos toca vivir y luchar confirma con incontrastable claridad que el socialismo no es simplemente una necesidad histórica sino que es una urgencia contemporánea.

HI - Durante el siglo XX convivieron diferentes perspectivas estratégicas: el foquismo, los planteos insurreccionalistas, los frentes populares policlasistas y la tesis de la “revolución democrático-burguesa”, ¿cuál es la estrategia en el Uruguay del siglo XXI? ¿Alguna experiencia histórica clave o algún material para pensar este asunto?

GL: José Carlos Mariátegui pionero del socialismo latinoamericano afirmaba “… la revolución no es copia ni calco sino creación heroica”, en consecuencia hay que estudiar y aprender críticamente de todas las experiencias identificando sus potencialidades y limites en cada etapa histórica. Lo único inexorablemente cierto es que las clases dominantes no se suicidan y resisten ferozmente en defensa de sus intereses. Por tanto no parece razonable imaginar un futuro de tránsito pacífico al socialismo. En cuanto a los “materiales” que aporten a pensar en estos temas, consideramos que hay que promover un retorno a los clásicos. Es en el cuerpo teórico del marxismo leninismo donde se pueden encontrar las respuestas que permitan entender y transformar las actuales relaciones sociales. Si en la segunda mitad del siglo XIX no leer a Marx podría ser un error hoy en el siglo XXI es francamente una irresponsabilidad. El marxismo leninismo como guía para la acción y como faro luminoso que alumbra la praxis social y política. En definitiva, desde el propio corazón de las resistencias populares y de los procesos de lucha anti-imperialistas y de liberación nacional en nuestro continente debemos desarrollar las herramientas que vuelvan a poner a los trabajadores en condiciones de conducir una transformación societaria estructural. Más allá de las importantes transformaciones que se han operado en el mundo sigue siendo la clase trabajadora la destinada a objetivar la sepultura definitiva del capitalismo. Y conviene siempre recordar que ese muerto no muere de muerte natural.

HI - Tal parece que en las últimas décadas, más que por la represión abierta, las élites han ejercido la dominación por su capacidad para manufacturar consensos y universalizar sus intereses, dónde el poder mediático es un actor clave. En este nuevo escenario, ¿qué queda en pie de las tradiciones de lucha de la izquierda y en qué hay que innovar?

GL:

En pie queda la lucha, el heroísmo, la resistencia. La memoria viva de nuestros compañeros caídos. Siempre es preciso innovar en los aspectos de comunicación y en lo referente a la lucha de ideas y la batalla ideológica que adquiere hoy una importancia cardinal.

Por eso saludamos iniciativas como esta que permiten el desarrollo del pensamiento crítico y la comunicación contra-hegemónica.

Como dijera Pushkin aquel poeta favorito de Lenin, “Viva el Sol y que se Disipen las tinieblas.”

Gustavo López fue militante político y estudiantil a la salida de la dictadura, dirigente del Sindicato Único de Automóviles con Taxímetro y Telefonistas (Suatt) e integrante de la Unott, ha formado parte de diversos colectivos en el movimiento social en áreas como los DDHH y la educación popular. Es fundador de la Asamblea Popular y de la Unidad Popular, integrante de su dirección política, siendo proclamado candidato a la vicepresidencia por el lema Asamblea Popular en las últimas elecciones.

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