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Hemisferio Izquierdo

Entrevista a Gabriel Mazzarovich


Hemisferio Izquierdo (HI) - Cayó el muro de Berlín, de a poco se diluye el ciclo progresista en América Latina, ¿cuál es el horizonte histórico para orientar la militancia hoy?

GM: La implosión y destrucción del llamado campo socialista fue una derrota para la peripecia de la emancipación humana. Es imprescindible una crítica a esa experiencia, a sus errores, horrores y también a sus avances. Los comunistas, en especial la vivimos con dolor. Ella vino acompañada de una gigantesca contraofensiva imperialista en todos los terrenos que se encarnó en la imposición del neoliberalismo, forma concreta de organización del capitalismo en su fase imperialista, en el mundo entero.

En América Latina fruto de la debacle provocada por el neoliberalismo y la acumulación social y política de nuestros pueblos, tanto en la resistencia a las dictaduras fascistas como al propio neoliberalismo, se construyó una de las experiencias más importante de avance democrático, de grados de autonomía y de alternativa. América Latina vivió su ciclo democrático más importante, concebida la democracia no como un conjunto de garantías jurídicas, que siempre terminan siendo para el poder, o formas de elección de autoridades, sino como un proceso permanente de construcción de libertad e igualdad y un espacio de transformación social.

Hoy vivimos una crisis del capitalismo, estructural, una de las más vastas de la historia de la humanidad, nunca se había destruido tanto fruto del trabajo humano y dentro de esa destrucción está el capital, las fuerzas productivas, dentro de ellas el propio ser humano y la naturaleza (casi nada). Está en marcha un gigantesco ajuste global para que el costo de esta crisis la paguen los pueblos. Para eso hay una contraofensiva brutal del imperialismo y las oligarquías nacionales. Y por eso se agudiza la lucha de clases.

Entonces lo primero es definir qué es lo que está en crisis, el alcance de esta crisis, pararse ante el enemigo y luchar, por defender lo conquistado y por avanzar.

No me parece que sea correcto hablar de fin de ciclo progresista. Me parece que es mucho más acertado, no por un problema hermenéutico o de purismo sino como una necesidad de la lucha, hablar de crisis del capitalismo, contraofensiva imperialista y rendimiento decreciente del progresismo, en su propuesta económica, ideológica, política y por lo tanto, incluso electoral.

HI - Durante el siglo XX convivieron diferentes perspectivas estratégicas: el foquismo, los planteos insurreccionalistas, los frentes populares policlasistas y la tesis de la “revolución democrático-burguesa”, ¿cuál es la estrategia en el Uruguay del siglo XXI? ¿Alguna experiencia histórica clave o algún material para pensar este asunto?

GM: El impacto material de la transformación del capitalismo, la mercantilización de todas las actividades humanas, la expansión pornográfica de la especulación financiera como principal espacio de acumulación, y su correlato político e ideológico, que por problemas de espacio resumiremos en el fin de la historia y el presente perpetuo, condujeron a un retroceso histórico: la virtual eliminación de la revolución como perspectiva práctica de la humanidad y por ello, la desaparición del problema del poder del debate y la construcción política de la izquierda. Para reconstruir eso hay que recuperar la crítica al capitalismo, nunca hubo tantas posibilidades de resolver los problemas de la humanidad, sin embargo 20 mil niños mueren por día de causas evitables, la mayoría de ellas asociadas a la miseria y al hambre. ¿Es necesario algún argumento más para cuestionar este sistema? Creo que no.

La transformación social no se hace solamente con políticas públicas siendo estas muy importantes. Hay que replantearse la necesidad de la revolución, es decir el cambio de una formación económica y social por otra, el cambio de clases en el poder y el cambio de los valores culturales e ideológicos dominantes.

Hay un espacio adicional que ustedes no mencionan en la pregunta, el que se denominó vías de aproximación, en Uruguay en la izquierda se planteó con mucha fuerza, los comunistas lo hicimos, pero no solos, la estrategia de avanzar en democracia y construir una democracia avanzada, implicaba e implica un camino de lucha política, ideológica, programática, de construcción de las herramientas populares, de conquistas de derechos, concebida como una fase histórica de la revolución concebida esta como un proceso y en el marco de la acumulación de fuerzas del pueblo y no como un momento más o menos mágico.

No creo que tengamos la verdad revelada. Pero es una estrategia que mostró su potencialidad en la práctica, que es donde deben probarse las estrategias y las tácticas de transformación social. Hay muchos materiales disponibles sobre ella, pasados y actuales y sobre todo está la necesidad y la disposición a abrir un debate hoy, y seguir construyéndola en unidad en la vida concreta de nuestro pueblo. La exposición de Álvaro García Linera en el Paraninfo de la UDELAR en el homenaje a Massera es un buen material para alimentar el debate, también la elaboración del Foro de San Pablo, del Encuentro Sindical Nuestra América, principales experiencias unitarias a nivel continental. Los análisis críticos y las propuestas de una experiencia formidable de resistencia y construcción revolucionaria como lo es Cuba.

HI - Tal parece que en las últimas décadas, más que por la represión abierta, las élites han ejercido la dominación por su capacidad para manufacturar consensos y universalizar sus intereses, dónde el poder mediático es un actor clave. En este nuevo escenario, ¿qué queda en pie de las tradiciones de lucha de la izquierda y en qué hay que innovar?

GM: El capitalismo ejerce su dominio, y construye consenso de dominación, desde su existencia material y también desde los mecanismos políticos e ideológicos. Se construye dominación con las nuevas formas de producción y de consumo, híper fragmentadas y especializadas hasta el infinito, la tiranía de lo nuevo, lo último, todo caduca con el próximo twitter.

La “innovación” más importante que hay que mantener de la izquierda es también la más vieja, la que nos hizo nacer, y que el Che formuló insuperablemente: “la capacidad de indignarnos ante cualquier injusticia, cometida contra cualquiera, en cualquier parte del mundo”.

Pienso con él que el primer deber de un revolucionario es hacer la revolución, no hablar de ella, y el segundo es unir al pueblo, porque la revolución es una obra de todo el pueblo.

Hay que construir perspectiva estratégica, sentido histórico, noción de proceso, hay que defender la unidad del pueblo, lo que hoy se llama bloque histórico político y social de los cambios, tomando a Gramsci. La unidad social y política es una construcción dialéctica, dinámica para quienes no aceptan la terminología anterior, implica un conjunto de ideas compartidas, ámbitos de comunes debate y decisión democrática y lucha, lucha común y unitaria.

La unidad de los trabajadores, la unidad de la izquierda, la unidad de los trabajadores con sectores importantes de las capas medias como los estudiantes, la unidad amplia del pueblo en temas claves como la lucha contra la impunidad, la defensa de las empresas públicas, el “No a la baja”, la nueva agenda de derechos, concebida como parte de la lucha popular general y no como particularísimas formas de autoafirmación, nuevas formas de creación y producción de cultura, la solidaridad como práctica social de miles, son “innovaciones” formidables del movimiento popular hay que mantenerlas y desarrollarlas en esta nueva fase histórica.

El balance de esta etapa histórica de lucha y la estrategia común para esta fase que se abre no puede ser solo el balance de la gestión de gobierno, siendo esta importante, hay que construir un estado de situación de las fuerzas del pueblo y desplegarlas en todo su potencial, en todos los ámbitos. Con menos no alcanza.

Gabril Mazzarovich es Militante del Partido Comunista del Uruguay. Periodista y director responsable del semanario El Popular.

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